Fue un Intercambio #20
- Mellower Fanatic

- 26 sept 2018
- 7 Min. de lectura
—¡No quiero que te vuelvas a acercar a él! —gritó antes de desaparecer entre la niebla y dejarlo completamente solo en ese lugar, las olas rompían con fuerza contra las rocas mojando sus pies descalzos.
Como un rayo todo había cambiado; y el no había previsto ese puñal del destino por la espalda.
¿Pero que había pasado?
¿Que había hecho?
Las lágrimas eran fuertes precursoras que provocaban ardor detrás de sus párpados al no dejarlas salir.
El fondo del núcleo marítimo susurraba su nombre con tristeza. El cielo lloraba la ausencia que se creaba. El aire lamentaba la tormenta que se avecinaba.
La hoguera donde escribieron sus nombres en las brasas de la arena, pronto un zafiro descuidado los desvaneció.
Moriría ahogado en reliquias, los despojos se volvieron reales, una foto que sostenía con fuerza en su mano se deslizó de entre la llema de sus dedos; y la arena la recibió, acunando las sonrisas que el momento junto a lo extraviado que se encontraba viendo el auto partir conservó.
—Joven Hoseok. —Retumbo su nombre por los pasillos del Colegio haciendo que se detuviera.
Se volvió para mirar quien pronunciaba su nombre, encontrándose con un profesor.
—Dígame.—respondió acercándose.
—El director lo mando a llamar.—añadio haciendo un movimiento con su cabeza señalandole el camino apuesto al que el había tomado.
Hoseok asintió y camino derecho hasta llegar a la Oficina.
Se sento frente al Director.
—¿Me mando a llamar? —preguntó nervioso empezando a jugar con los dedos de sus manos, evitando mirar a la cara al señor canoso que tenía en sus manos el expediente con su nombre.
—Esta listo su intercambio a la ciudad de California, según este reporte, al parecer no tienen ningún problema con que se vaya la otra semana, las clases ya han empezado pero justamente allá aún tiene posibilidades de ponerse al corriente. Y su inglés es perfecto, todos sus papeles están al día, estara su vuelo listo el día lunes, acabando esta semana deberá entregarme su locker y llevarse sus pertenencias; sus padres también han sido informados.
Sus palabras eran una vacía mezcla de letras que Hoseok no terminaba de digerir.
—¿Disculpe? ¿Acaso digo, intercambió? —preguntó entrecortadamente orando en su interior por que ese hombre se hubiera equivocado de alumno.
—Así es Jung-Hoseok, un pariente suyo vino ayer a decirme que usted quería irse de intercambio así que comenzamos el proceso y fue aceptado inmediatamente.—respondió el director mirándolo a través de sus gafas, puso un sello en su expediente y luego se lo entregó con una sonrisa.
¿Por que sonrie? Se preguntaba Hoseok deseando con todas sus fuerzas despertar de esa pesadilla.
El no tenía hermanos, su madre y padre trabajaban todo el día, solo podía ser alguién con la suficiente edad para pedir ese intercambio. Suga.
Aunque el no tenía 18 años, estaba en la Universidad debido a que logró pasar un examen que lo dejó ingresar. Ante el Estado era un ciudadano con edad valida, junto a un acuerdo con sus padres, tenía permiso de conducir, y cédula. Podía hacer lo que quisiera por que era un caso excepcional.
—El joven que vendrá en su intercambio de llama Kim Namjoon, tiene 14 años, se encontrarán en el aeropuerto, un profesor lo acompañara, así podrá traer al nuevo estudiante de regresó.—le anunció entregandole un paquete lleno de papeles. —Aquí está su horario, y un mapa de las intalaciones del Colegio en California, así podrá llegar y sentirse horientado.
—¿Y donde viviré? —preguntó desesperado.
El director lo miro queriendo ignorar esa pregunta.
—Vivirás con la familia de Namjoon, y el vivirá con la tuya. —respondió colocando en el rostro de Hoseok del expediente un sello en tinta Roja: "Intercambio"
Salió de la Oficina con esa información en su cabeza, siéndole imposible de aceptar.
No podía irse.
Caminaba por los pasillos con su mente ida.
Un chico tropezó con el, haciéndole caer todos los documentos; se disculpó pero no le ayudó a recogerlos, así que el se inclinó a hacerlo. Veía su cara tachada de ese lugar.
<<Ya no pertenezco aquí>>
La orden estaba hecha, Hoseok debía irse el lunes en la mañana.
Parecían traslucir de entre las lágrimas que se mezclaban con sus gritos de agonía en su interior, como el día había comenzado.
Y como ahora se encontraba en el suelo colapsando entre la rabia y el dolor, de irse sin ninguna razón.
Suga había terminado su examen y estaba dispuesto a buscar a J-Hope, dejó el computador sobre el sillón y escuchó el timbre de la casa resonar en la habitación.
Al precipitarse a abrir la puerta tropezó con el cable del cargador que había dejado conectado produciendo un ruido seco al estrellarse su cuerpo contra el suelo.
Tae salió de su cuarto y vio a su hermano intentado levantarse.
—¡Hyung! —digo en voz alta comenzando a bajar las escalera con la rapidez que su cuerpo le permitía. Al llegar donde estaba, ya había logrado ponerse de rodillas.
—¿Estas bien? —le preguntó ayudándolo a pararse completamente.
—Si Tae, ya estoy bien, solo tropece con el cable cargador del computador. —se apresuró a decir mostrándole su pie enredado.
El timbre volvió a sonar.
—Espera aquí. —Le ordenó Suga acercándose a la puerta, al abrirla Tae se asomo entre las piernas de su hermano y sonrió al ver de quien se trataba.
—¡Hoseok! —digo emocionado, no podía gritar con mucha frecuencia, solía dolerle después la garganta, pero se le permitió mostrar su felicidad está vez.
El chico con cabello naranja mostro sus blancos dientes mientras se sacudía un poco los copos de nieve que tenía en el cabello y vestimenta.
—Hola enano. —respondió entrando a la casa. —Hola Suga. —saludo en casi un susurro, pues el mayor observaba cada movimiento que daba. No le gusto que hubiera dejado a Tae esperando sus visitas, sin embargo al ver su sonrisa, se borro todo remordimiento.
Al final sonrió.
—Hola J-Hope. —Saludo de regreso apretando una de sus mejillas.
Tae abrazo a Hoseok por la emoción de volver a verlo, él intento con cuidado de no lastimarlo rodear su cuerpo.
—Te extrañe. —Susurro con la cabeza aún en el pecho de su amigo.
—Yo también. —expresó besando su coronilla.
Podría retroceder en el espacio de sus recuerdos, donde no existía un solo día, donde Taehyung no estuviera presente.
Hoseok siguió visitandolos.
Cada día después de clases, sacaba su bicicleta del garaje y pedalear hasta la casa.
Ellos estaban en el mismo grado, solo que J-Hope era más alto, estaba en el equipo de baloncesto. Ese deporte le permitía crecer más.
Por ese motivo podía contarle con facilidad lo que habían visto durante la clase, sino fuera por el cáncer estarían en el mismo salón. Pero eso fue hace año y medio.
—No puedo creer que te mandaran a la dirección. —decía asombrado el chico con gorro de lana.
Él y Hoseok se encontraban en su habitación.
Luego de que llegará, ambos comieron un par de tazas con cereal; y luego subieron a su cuarto a pasar la tarde.
J-Hope estaba tirado en la alfombra del suelo, aplastando el planeta Venus que había comprado la señora Kim.
Mientras Tae se había sentado en forma de indio sobre la cama escuchando lo extraño que había sido el día de Hoseok en el Colegio.
—Si, ¡No te miento! Después de que la hora había terminado, una chica se sentó a mi lado; yo estaba leyendo un libro cuando depronto sentí un suave toque en el hombro derecho. Me gire para ver de que se trataba y me encontré con la chica a mi lado mirándome apenada. —comenzó su relato.
Tae escuchaba fascinado.
—¿Y que pasó? —preguntó interesado en que continuará.
—Al parecer necesitaba que le ayudará con unos problemas de bióloga que no había entendido, le preste mis servicios como profesor, pero en ese momento el tablero se llenó de ejercicios matemáticos.
—¿Y?
—Me concentre en la clase, las ecuaciones estaba fáciles así que termine sin ninguna dificultad. Comencé a hacer dibujos en las esquinas de mi cuaderno, cuando sentí que algo golpeo mi cabeza. Una bola de papel aterrizó en mi pupitre.
—¿Que decía?
— "Deja de holgazanear, y ayudame con los problemas"
—Seok-Jin—
Mire en dirección a la primera fila, y ví a Seok-Jin haciendo señas para que le enviará una nota con las respuestas.
—¿Que hicistes?
—Fácil, arranque un pedazo de hoja de la última página del cuaderno; y le respondí. —comentó riendo, Tae sonrió.
—¿Que le dijiste?
— "Lo siento, no habló lenguaje de señas, por que no soy mudó"
—Hoseok—
Al terminar la frase Tae se llevó las manos a la cara mientras reía del mal chiste.
—En fin, Jin me saco la lengua y volvió a concentrarse en su trabajo. O eso crei, luego volvió a lanzarle otra nota.
— "Están difíciles, por favor ayudame"
—Seok-Jin—
—Tuve compasión y le mande las respuestas.
—¿Entonces por que te mandaron a la dirección?
—Por que a la hora de lanzarle el papel, lo hice con demasiada fuerza golpeando a la profesora en la cabeza; ella se giró y vió una bolsa de papel, la abrió y ahí estaban las respuestas a todas sus operaciones, también estaba firmada, así que descubrió el nombre. —respondió con una sonrisa.
—Ella digo: "¡Hoseok y Seok-Jin a la dirección!
—¿Por que también a Jin?
—Pues por que tenía todas las notas que nos mandamos encima del escritorio, la profesora las vio y supo que el también estaba implicado.
—¡Vaya! Eres un tonto Hoseok. —se quejaba Jin de camino a la dirección.
—No es mi culpa que no sepas restar. —protestó el chico de cabello naranja mirando al frente.
—¡¿Que dices?! —chillo Jin ante las palabras de Hoseok.
La profesora salió del Salón al escuchar el gritó.
—¡Ya vayanse de una vez! —les gritó de vuelta.
—Vamos.—Susurró Hoseok caminando más rápido.
—¿Y fuiste a la dirección? —le preguntó Tae inclinado hacia él, desconfiaba de la obediencia de su amigo a la hora de hacer algo.
—Claro que no. —respondió lanzando una pelota de tenis al aire para volver a atraparla. —Nos desviamos a la cafetería y justo había pizza, así que nos quedamos, sonó el cambio de hora, y volvimos a la siguiente.
Agarro la pelota de tennis y ambos se rieron.










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