Un día en la playa. #22
- Mellower Fanatic

- 27 sept 2018
- 7 Min. de lectura
Suga no estaba, y Hoseok quería ir a la playa, yo también quería salir, así que no hubo mucho que discutir al respecto; ambos salimos a la calle.
Hoseok quito el candado de su bicicleta y se subió en ella, volteo a verme esperando que también lo hiciera.
—¿Seguro que quieres ir en cicla hasta la playa? —le pregunte mirando el asiento.
¡Me dolerá!
Pero Hoseok se percató.
—Claro, es más, ¡Mira! Como sabía que aceptarlas te traje un asiento de primera. —digo sacando una cubierta de peluche con la que cubrió el cuero del asiento. —¡Ahora es mucho más suave! ¿Que te parece? —añadió sujetandolo con fuerza para que no se saliera.
Pase los dedos de mi manos sobre la superficie, y debo reconocer, era suave.
—Okeeeeeeeyyyy.—respondi sujetándome de sus hombros para poder equilibrarme y así sentarme.
—¡Playa, haya vamos!—gritó una vez estuve listo, comenzó a pedalear y cada vez gritaba más alto <<<¡Somos libres>>>
El calor de la brisa coloreo de rosa mis mejillas. Era otra nota que nunca había oido, ni siquiera los acordes de mi compositor me hicieron recordar lo que se sentía al fin volar, Pero aún con los pies en la tierra.
Como si la música te llevará lejos, era una isla donde nunca me hallarian, por que existía solo para mi.
Era real por que yo así lo creía.
Cerré mis ojos y disfrute del Sol iluminando el día.
Siempre estaba en mi habitación, viendo el exterior como si de una burbuja se tratará, no podía tocar esa burbuja, todos me miraban como queriendo decirme que estaba mal.
Imaginaba sentir el césped bajo mis manos, el aroma de las flores embriagante, la corteza de los árboles y el canto de los pájaros.
No existía Suga; no estaba mi madre, todo lo que por mi bien me marchitaba, no estaban arruinando ese momento.
No recuerdo bien en que parte exactamente. Pero mi mente comenzó a maquinar sobre lo que había hecho, de repente el mundo me dio vueltas y conocí el espacio desde el asiento, la cicla se deshizo y J-Hope no estaba.
Solo tenía a mi mente reprochandome el haber roto las reglas sobre salír de la casa.
Salí del Hospital para morir en paz; ahora resulta que hasta mi mismo ser me reprochaba intentar recordar en la tumba Buenos pasajes.
Tengo preguntas que nadie quiere oir, cada vez que habló del tema con Suga o mi madre. Simplemente se alejan. ¿Por que?
Nunca lo sabre.
—Pero, mamá... —intentaba
—¡No Tae! —replicaba ella y volvía a la cocina o al trabajo.
—Hyung, por favor... —decía
—Será mejor no decírtelo. —protestaba él, dejándome ahí parado mientras salía de la casa.
¿Que no es el Siglo XXI?
Al menos deberían tener consideración por que no estaré más con ellos. Pero pareciera que así evitarían lastimarme.
¡Por Dios! ¡Iba a morir!
La Alianza que llevaba mi Latir a seguir se apagaba.
Estoy deseando desaparcer, solo que al final me vuelvo más visible para todo el mundo.
Cerrare los ojos y fingir que todo me alegra sin importar que mis mejillas ardieran por la sal.
<<Debes vivir una vida que recuerdes>>me había dicho mi padre una vez que al entrar en al secundaria, no quería volver.
Pero hasta ahora, ¿Que recordaba con exactitud? Ni siquiera tenía amigos, el único era J-Hope, Jungkook era solo un músico que admiraba pero que nunca volví a ver, debido a esta noticia.
Quería volver a escuchar esa música, ese talento que hacía palpitar mi corazón.
Estoy paralizado, el humo de esta estación en mi alma, se cuela por entre las venas de mi piel volviéndose violentó y agotador.
Escuchó una voz en mi interior.
—¡Olvidate de eso Tae!
—¡Disfruta del día!
Vuelvo a sentir bajo la llema de mis dedos, la delgada tela que componen la camiseta de Hoseok.
Lo escucho tarareando una canción, pero no logró identificar cual es.
En ese momento recuerdo un poema que Leí:
"Otra persona esta en mi lugar, pues mi verdad se ha perdido, nadie piensa o lo descubre, es nada más un secreto que yo guardo pero como nadie conoce, entonces nadie lo busca. Si vivir es un pecado, entonces tuve lista mi tumba desde el día que mis ojos se abrieron y lloré; estoy en una caja encerrado por mis propios hechos, deseos, sentimientos y palabras que nunca dije. Lo que realmente temo es avanzar, por que si tropiezo entonces si nadie me conoce, nadie me podrá ayudar, ¿Que es esta burbuja?
Ahora que veo todo sus meteoros me recuerda a mi cuerpo perforado por tantas noches en que decidí que una navaja era más reconfortante; donde el cigarro quema todos esos demonios del pasado, hasta el punto en que puedo mentir " Mamá estoy bien" Solo que los demonios resucitaron, y no están felices de verme.
No puedo irme de aquí, como nadie me conoce, por eso nadie puede decirme "Ven, por aquí"
No tengo miedo de volverme alguien diferente, por que en poco tiempo no habrá nada de mi, que quiera conservar.
Lastima que este libro que escriben de mi vida no lo pueda autografiar.
Hoseok frena con cuidado.
Escucho las olas, la forma como rompen contra las rocas es propio de un mar.
—Hemos llegado. —dice en un susurro sin poder creérselo igual que yo. Me ayuda a bajar y lo primero que hago es sentir el agua bajo mis pies.
Abrazo a J-Hope.
—Gracias, que cada ola te lo diga en mi nombre. —le señalo el azul que flota por los continentes de esta tierra.
Hoseok se ríe, y me acompaña a la orilla. Escribimos nuestros nombres en la arena.
Intentamos hacer un castillo, pero el mar se lo lleva con rapidez.
—Nunca me había sentido tan bien. —confieso suspirando.
—Ni yo. —añade mi amigo de cabello naranja.
El atardecer confunde sus colores, y pareciera que el sol decidiera bajar a iluminar también sus rios.
Se esconde el astro en el agua, y pronto salen las estrellas. Hay muchas constelaciones que recuerdo.
—¡Mira! —señalo el cielo, Hoseok mira en la dirección que he dictado.
—Es Orión.
—¿Que Orión?
—Pues la constelación.
—¿Ah, si? —pregunta mirándome confundido.
—¿Que nunca prestas atención en clase?—lo acuso—.Eso lo vimos con la profesora Martha de Estados Únidos, que vino durante una mes. —le recuerdo.
—Ah, —dice mirando con más detenimiento la costelacion.
—¿No la ves cierto?
—No.
Sonrió.
Ese momento, parecio haber sido hace años, Hoseok con su nueva familia habían ido a ver la lluvia de meteoros cerca a la montaña Blofeld. La mamá de Mike alistó los necesario, Hoseok agradeció haber llevado dos maletas, eso le permitió en una sola empacar para cualquier salida o energencia.
—Te va a encantar. —no paraba de decirle Mike emocionado.
—Seguro.—respondió J-Hope.
Habían muchas familias acampando cerca a donde se vería la lluvia de meteoros cuando ellos llegaron, encontraron un lugar donde hacerse, colocaron las sillas y hamacas que habían llevado.
—¡Oh, Sam, Dylan. Aqui! —grito Mike hacia un grupo de chicos, al verlo se dispersaron, una chica y un chico se acercaron.
—Te los presentaré. —digo Mike levantadose de su lado, lo cogió de la mano obligándolo a pararse.
—Este es Hoseok, mi nuevo hermano, vino de intercambio; ellos son: Mi mejor amigo Dylan, y su hermana Sam.
La chica sonrió un poco tímida.
—Mucho gusto. —digo mirándome, era muy bonita. Me dio la mano y también la salude.
—Son de la misma edad.—interrumpió Mike, <<Osea que también tiene 14>> susurre dentro de mí.
El chico me dio un abrazo, acompañado de una palmada en la espada, eso me tomo por sorpresa, estaba acostumbrado a abrazar a Tae pero muy despacio debido a los aparatos que tenía. Esto fue Nuevo.
—¿Entonces Nam-Joon se fue? —preguntó Dylan.
—Así es. —respondió triste Mike.
—¡Pero aquí tenemos a este Chiquitín! —se compuso sobandome la cabeza con los nudillos de su mano. Eso duele.
<<Hoseok respira, calmado>>
Me límite a reirme igual que ellos.
—¡Chicos, ya va a empezar! —Grito la señora Kim.
Resulta que el padre de Nam-Joon es coreano, al morir su esposa tuvo que venir a California por unos negocios, como la estancia era permanente debió traerse a su hijo. La empresaria con la que haría trato era la mamá de Mike, se concieron y se enamoraron. Se cansaron, y formaron una familia.
Nam-Joon y Mike saben de sus orígenes, pero aún así, se aman como hermanos de sangre.
Todos los presentes se acomodaron, unos chicos alistaban sus cámaras, teléfonos o cualquier otro equipo que le permitiera conservar el momento.
La lluvia fue hermosa, cada que pasaba un cometa la gente excalamba maravillada.
—Sonríe—fue lo último que escucho J-Hope antes de sentir el flash, al sobarse los ojos vio a Mike con una Cámara.
—¡Aqui! —gritó Dylan pasando una mano por el cuello de Sam, los chicos sonrieron y Mike les tomó la foto.
—Una hermosa constelación. —Susurró Sam después de la lluvia, al alzar la vista, J-Hope vio la costelacion de Orión.
Se las aprendió todas desde ese día, y estaba seguro de que era esa. Pensó en Tae.
El cuerpo de Taehyung comenzó a fallar, estábamos con Hoseok bromeando sobre las demás costelaciones cuando depronto sentir un fuerte dolor de cabeza, la sangre comenzo a correr por mi nariz con rapidez. Tenía el Inhalador en el bolsillo del saco que llevaba puesto, a pesar del calor siempre mi cuerpo estaba frio.
Tome aire y eso me ayudó a controlar el dolor.
—¿Estas bien? —me preguntó Hoseok una vez había calmado a mis pulmones.
—Si—susurre, —ya me encuentro mejor. —le dije, y era verdad, me sentía bien, pero todo espeoro.
Las luces del cielo, se vieron lejanas, la vista se me borro por completó. El dolor en mi cabeza era demasiado; una gota de sangre cayó en la tierra con escarcha.
—¡Tae! —fue todo lo que escuche antes de desmayarme. No sentí la arena, sentí caer en unos brazos, cuando desperté, estaba devuelta en el hospital.
—Lo siento maestro Kim, pero la verdad es que las Constelaciones no son lo mío, y no quiero que lo sean. —le dije a Tae quien se reía de mi poco conocimiento sobre el Universo.
De repente se le fue la respiración, una línea fina de sangre caía por su nariz, él saco su inhalador y me aseguro de que estaba mejor. Le crei, pero después esa fina línea se volvió un torrente, las luces se apagaron de sus ojos, supe que se iba a desmayar. Entre en pánico.
—¡Tae! —grite antes de que lo hiciera, lo cogí en brazos para que no se golpeara con la arena.
En eso un auto frenó en seco, Suga se bajo de él corriendo. Sentí alivio al verlo, el llevaba un maletín.
¡Claro!
Era eso lo que me faltaba, Suga nunca salía con Tae sin ese maletín, debió habérsele pasado una hora de sus medicinas y por eso su cuerpo reaccionaba así.
—¡Suga! —grité, el nos buscaba con la mirada, al escucharme cambio de dirección y corrió hacía nosotros.
—¡¿Pero que hiciste Hoseok?!—exclamó alterado de ver a su hermano en ese estado.
—Yo.... Quería ir a la Playa... Y...—
—¡Pues hubieras ido solo! —me interrumpió enojado.
—Quería salir con él, pensábamos volver antes de que te dieras cuenta... Perdón. —me escuse.
—Tae no puede salir de la casa, ¡Tu lo sabias!
—Si lo se, pero no quería verlo más encerrado.
—Volví por que deje mi billetera, al entrar nos los ví, supuse que estaban en el segundo piso, cuando fui al cuarto ustedes no estaban. Me alarme, luego no ví el repuesto de la llave de la casa y entonces entre en pánico. ¡¿Como eres tan inconsciente?! —las lágrimas nublaron mi vista, le puso a a Tae una máscara manual dándole oxígeno, reaccionó pero volvió a desmayarse.
—Debo llevarlo al hospital.—habló en susurros pero pude escucharle, cargo a Tae y comenzo a caminar hacía el auto.
—Voy contigo.
—¡No quiero que te vuelvas a acercar a él!—digo con lágrimas en los ojos, yo me quedé en Shock, Suga metió el cuerpo inconsciente de Tae en el auto y se marchó sin voltear a verme.










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