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El inicio de todo #26

  • Foto del escritor: Mellower Fanatic
    Mellower Fanatic
  • 8 oct 2018
  • 11 Min. de lectura

Estaba en un pasillo donde las personas que seguían pasando de mi solo ignoraban el hecho de que me encontraba perdido, tal vez no es el sentido de que no sabía a donde ir, pero si referente al hecho de que cabia esperar que no me situaba dentro de este paradigma que llamó vivir. 

Tan gastada estaba esa palabra que solo podía relacionarla con algo realmente lejano a lo que estaba sucediendome, los instantes que tengo presentes suponía eran vacíos intervalos del tiempo, lo suficientemente cortos como para llamarlos necesariamente momentos, aunque ya tenía una ligera ilusión de lo que eso significaba aún no lograbá entenderlo. No es como que fuera un estudiante de la NASA; mis calificaciones si eran excepcionales, pero no lograbá siempre tener las respuestas a todo lo previo a mi existencia. Necesitaba al chico con gorro de lana . ¿Por que no había intentado contactarme con el? No lo se, solo ignore el hecho de que lo necesitaba; y ahora me escondo intentado encontrarlo de nuevo. 

Los cuatro ejes de la tierra son tan convencionales que no existen en realidad. Tanto como un símbolo matemático que nos quiebra el cerebro tratando de resolverlo.  

Pero ¡Alto! 

Si sabía dónde estaba, la profesora había colocando frente a mí una hoja llena de preguntas que facilmente conteste,  no me cuestione a mis mismo sobre el hecho de que no encontraba el camino.  ¿Que significaba eso?  El pasillo por el que el un inicio estaba narrando mi historia, era un laberinto con punto y coma que diluí de mis recuerdos. 

Guardaba hasta ahora el momento exacto la hora de que fuera cierto lo que tanta palabreria decía dentro de mi pronunciaba,  ya estaba delirando. 

El examen estaba aburrido, es decir. Estaba fácil. 

Me levantó de mi puesto, con la mirada de Jimin sobre mi espalda y se lo entregó a la profesora,  ella me sonreí, yo evitó mirarla; vuelvo a mi lugar y decido dormir un rato.  

Como si un aviso hubiera activado, las moléculas de mis sueños se revelan, empiezo a caer en un inmenso tiempo que no reconozco. Pareciera que estoy flotando, solo veo estrellas a mi alrededor, un inmenso azul, y los planetas girando entorno a una órbita que no es la del Sol.  

¿Soy yo?  

Mi propio Universo. 

Pequeñas partes de un átomo se dividen y encienden el cielo azul, volviéndolo rojo. 

Depronto un ruido se oye a lo lejos, un punto de quiebre comienza a avanzar a una gran velocidad y se estrella en mi pecho.  El cometa Halley enciende una fogata en mi pecho. 

Mis manos se llenan de sangre, gritó con fuerza pero las palabras se ahogan en la dimensión del espacio, veo tres galaxias rondando como feroces leones en busca de su presa sobre este orbe de un todo. 

Las galaxias se mezclan y en pos se alza una gran Pantera. Llena de zafiros que centellan en todo su cuerpo. La escarcha plateada como nieve en invierno cubre su pelaje. 

—Mira lo que has hecho. —su penetrante voz ruge por todo el Cosmos. 

—Pero yo no hice nada. —le gritó con desespero en la voz.  

—Claro que no, y ese fue tu error.—sentencia desvaneciendose. Depronto el mundo se agrieta, caigo sin fin pidiendo ayuda a un algo que no habita en este planeta. 

Me despierto asustado por un intenso ruido que pareciera se produce en el interior de mi oreja. Al alzar la vista veo a la maestra.  

—Bueno chicos, nos vemos la próxima clase. ¡Por Favor no se les olvide resolver los ejercicios 3,4 y 7 de la página 21! Los calificare y serán punto extra para el próximo tema a discutir —nos informa recibiendo los exámenes de los últimos puestos que aún no han terminado. 

El "Ring" Que oía era el del cambió de hora.  

Me quedo pensando en lo que la Pantera hecha del astro cielo me dijo.  

"Claro que no, y ese fue tu error." ¿Estara hablando de Tae?  

También hacen eco en mi inconciente cuando tenía manchadas de sangre las manos luego de que el cometa se estrellara.  

Incluso al final todos terminamos con las manos llenas de sangre, la élite que nos Rodea, es mucho más dura de lo que creemos, terminamos siendo asesinos de nuestros sueños, se convierten en simples objetos que allegamos a pasar de largo con los años.  

Jimin se levanta de su puesto y entrega el examen, vuelve por su maleta comenzando a empacar sus útiles, a su lado Jungkook sumido en sus pensamientos nisiquiera ha movido un músculo desde que se despertó. 

—Oye, ¿Estas bien? —le pregunta acompañado de un leve toque en su hombro. 

—El hombre es preso de aquello que dice sin razón, un maestro de las enseñanzas quema a filo de lanza sus rarezas con lo que dice sin fundamento ni raíces que lo sostenga. 

Nisiquiera el fuego puede quemar la verdad, porque el escudo de sus fuerzas no tiembla aunque se le amenace. 

Una pesadilla puede ser causante de haber vivido mucho tiempo, en este caso, no fue suficiente. —mumura él en respuesta ignorandolo. 

Jimin se le acerca. 

—Jungkook—lo llamá pasando una mano cerca a sus ojos lejanos a esta realidad.  

El joven músico reacciona. 

—¿Que? 

—¿Estas bien? —le pregunta no tan convencido. 

Jungkook ve a los chicos de su clase salir. 

—Si... Eh, no es nada. —evade la pregunta poniéndose en pie y empezando a alistar sus cosas. 

Jimin se encoge de hombros y hace lo mismo, ambos salen del Salón y Jungkook va a su casillero.

—¿Enserio estas bien? Hace rato estabas medio raro—insiste.

antes de que el pelinegro pudiera decir algo al respecto, recibe una llamada. 

—¿Tenemos todo listo? —preguntó titubeando la señora Jeon mientras ordenaba con esmero unos papeles que habían puesto encima de la cómoda cerca a la cama de su hijo. 

—Claro que si, —la tranquilizó el señor Jeon sonriendo para lograr convencer a su esposa de que todo estába preparado para cuando regresará Jungkook del Colegio.—además, estoy seguro de que le encantara.—añadio para animarla. 

La señora Jeon asintió con la cabeza, los padres salieron de la habitación llena de poster y Letras musicales que contenía el lugar después de dejarle la gran sorpresa a su hijo,  un regalo que acomparia a Jungkook toda su vida. 

Comenzaron a bajar las escaleras cuando depronto el aire le fallo a la madre del joven músico. La señora Jeon se llevó la mano a la garganta tratando de respirar, todo sucedió demasiado rápido. 

—Llamaré a nuestro hijo. —anunció el señor Jeon sacando su telefono del bolsillo trasero de su pantalón. 

La señora Jeon entre señas le dijo que no lo molestara,  sin embargo el no le hizo caso,  su esposa estaba tenido un ataque,  necesitaba a su hijo. 

Rápidamente la ayudó a subirse al auto y condujo al hospital más cercado mientras llamaba a Jungkook. 

—¿Padre? —respondió una voz confundida al otro lado de la línea,  no era usual que el lo llamara sabiendo que podía estar en horas de clase.  

—Tu madre ha tenido un ataque, justo vamos al hospital Flora Cristal,  que esta cerca a la casa, ¿Puedes venir? —su pregunta sonó más como una orden.  

—Claro que si,  voy para alla— habló con rapidez al tiempo que colgaba.  

El señor Jeon conducto tan rápido como pudo,  lograron llegar a tiempo,  la señora Jeon fue remitida a urgencia y atendida inmediatamente. 

Su esposa desaparecio por unas puertas corredisas en tanto el le daba información al doctor que la iba a atender.  

—¿Que ha sucedido? —le preguntó con una libreta en la mano,  el señor Jeon intentaba retroceder durante esas horas restantes para lograr darle una información detallada. 

—Estabamos en el cuarto de nuestro hijo dejándole un permiso de que lograría tener su propio contrato con una empresa pequeña, no es la gran cosa,  pero,  sabíamos que estaría feliz. En eso ella se puso inquieta por que temia que no tuviéramos todos los archivos a tiempo, le dije que todo estaba bien,—le resumi intentando recordarlo todo. —Cuándo bajamos las escaleras ella se puso mal,  comenzó a faltarle el aire,  respiraba forzadamente así que vinimos al hospital. —finalice sentándome en la Sala de espera. 

—Ella estará bien,  según lo que me dice puede ser Asma. 

Sus palabras quedaron sin fuerza para seguir hablando, el doctor camino en dirección hacia las puertas por donde se llevaron a su esposa.  

El señor Jeon se quedó sentado en la Sala de espera con la cabeza entre las piernas, intentando recuperar el aire.  

—¡Papa! —llegó corriendo Jungkook hasta donde el estaba,  se arrodilló para quedar a su altura. 

El señor Jeon levanto la cabeza cuando escucho la voz de su hijo.  

—¿Que fue lo que pasó? —le preguntó con miedo en sus ojos al oir la respuesta. 

—Tu madre tuvo un ataque de Asma. —le soltó de repente. 

—¿Asma? —no había posibilidades de creerlo. 

—Si, lo se,  pero eso fue lo que me dijo el doctor que podía ser. 

Jungkook se sentó al lado de su padre,  ninguno de los dos digo nada hasta que el doctor llegó. 

—Familiares de la paciente Jeon—anunció un joven vestido de blanco, sostenía en sus manos unos resultados de análisis que dictaría el estado en que se encontraba su esposa y madre.  

El señor Jeon se levantó de forma inmediata,  Jungkook le siguió.  

—Dígame doctor,  ¿Que es exactamente lo que tiene mi esposa?  

El doctor se acomodó las gafas sobre el puente de su nariz y leyó los resultados. 

—El asma es causada por una inflamación (hinchazón) de las vías respiratorias. Cuando se presenta un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se tensionan y su revestimiento se inflama. Esto reduce la cantidad de aire que puede pasar por estas. En las personas con vías respiratorias sensibles, los síntomas de asma pueden desencadenarse por la inhalación de sustancias llamadas alérgenos o desencadenantes.... —

—¿Papa? —pregunte confundido,  mis padres nunca me llaman cuando estoy en el Colegio, saben que puede caber la probabilidad de encontrarme en un examen y por su llamada podía reprobarlo, aun así conteste.  

Sus palabras fueron más rápidas que un rayo de Luz,  lo último que pude procesar es que debía irme rápido de ahí. 

—¿Paso algo? —; me preguntó Jimin al ver mi rostro contraerse en una mueca después de que colgué el teléfono.  

—Debo irme. —le respondí cerrando mi casillero,  Jimin se quedó parado frente a el viéndome empujar la entrada del Colegio y salir corriendo hacia el hospital,  por lo general salia de la casa y caminaba unas 3 cuadras hasta el Colegio.  El hospital quedaba a 2 cuadras, así que corriendo llegaría en unos 10 minutos.  

Cuando entre Jadeando por el maratón ví a mi padre cavisbajo en la sala de espera. 

No quería aceptar el hecho de que mi madre se encontrará en un hospital,  no quería verla aquí.

El miedo se transforma en una sombra de tu reflejos cuando los "Ahora" No los vivimos,  y solo vacilamos a la hora de actuar.  

Pensamos mucho que hacer,  por eso terminamos haciendo nada,  ese "Nada" Puede ser peor que cerrar los ojos e ignorar que todo está bien. 

El doctor que atendió a mi madre esta ahora parado frente a mi,  citando palabras en hebreo que todos saben traducir menos yo,  solo escucho la palabra "Asma".

—Ella se someterá a un tratamiento,  muy liviano para curar sus vidas respiratorias,  mientras; debera seguir un medicamento especifico y tener cuidados que dada  el alta se les indicaran. 

—Gracias doctor. —Respondió mi padre,  yo solo me límite a mudar mi lengua.  

Caminamos por el pasillo A hasta la habitación A32 que era en la cual estaba mi madre,  al entrar nos sonrió,  tenía una máscara de oxígeno que el doctor nos dijo le ayudaría a regular el aire que le hacía falta hasta el momento.  

Me senté en un Banco vacío cerca a su cama. 

—¿Ya te sientes mejor má? —ella asintió con la cabeza sosteniendo con fuera mi mano.  

La voz me salió con un hilo al borde de no hablar más,  esa llamada me aceleró el corazón. La adrenalina aún no lograba dejar andar las celular de mi cuerpo con calma. 

Suspire y le bese las manos.  

—Hijo,  regresa a tus clases,  ¿si? — mi padre me dio una palmada en la espalda y y yo le hice caso.  

Pero no regrese al colegio, deambule por el hospital hasta llegar al parque Western; este parque está dentro del hospital, sus pasillos llevan a él como centro del establecimiento, éste no es un hospital cualquiera,  su fundación "Alas hasta el cielo" Llena sus pasillos de niños con todo tipo de cáncer,  al llegar a el,  veo sonrisas y carcajadas que le hacen sombra al sol,  irradian alegría estas caras que sufren día a día. 

Una niña junto a una muñeca de trapo estába sentada en una banca cerca a una frase de aliento propia del hospital: "Una luz que no brilla, un día sin sol, una noche sin estrellas, así te ves cuando no sonríes, alegrate de seguir viviendo, aprovecha cada día y muestrale a las Rosas que pueden sentir celos de ti por que eres único de entre su Jardín" 

La niña usaba un vestido blanco y una balaca rosada, al final me acercó a ella, y decido sentarme a su lado. Quiero estar en cualquier lado menos en el Colegio o la habitación de mi madre. 

Ella me mira. 

—Hola.—me saluda sin dejar de vestir a su muñeca.  

—Hola.—le devuelvo el gesto. 

—¿Que haces aquí? —me pregunta dejando a  su lado a la muñeca, al parecer mi cara angustiante le llama la atención. 

—Pues,  —suspiró—mi madre está enfermera,  así que vine a ver como estaba. 

—Oye no te preocupes, —la miré suavizando mi ímpetu. —ella estará bien, se recuperará. 

¿Como un cuerpo tan pequeño puede tener la fe necesaria que tu ahora no tengo? 

Saque mi teléfono del bolsillo diagonal de mi uniforme, abri la aplicación del piano y toque una canción que había escrito desde mi primera firma de autógrafos.  

Era para el chico con gorro de lana, probablemente sea la única vez que la toque,  no tenía esperanzas de volver a verlo.  

—¿Eres músico? 

—Si—; le respondí tímidamente.  

La melodía sosejo el ambiente que nos rodeaba, comencé a tocar las teclas que tanto conocía. 

—¿Donde estoy? — la cabeza me latía con fuerza,  estaba seguro de que se me saldría del Cuerpo. 

Una mujer se me acercó con rapidez. 

—Tae.—pronuncio mi nombre,  yo la escuchaba lejos, veía una imagen borrosa,  todo el lugar se veía lejos de su forma original. 

—Joven Taehyung, —habló una voz, el hombre era blanco y tenía las manos en los bolsillos de la bata,  me sobo los ojos con fuerza y la vista se me aclaró un poco. Me di cuenta de que era un doctor, y de que mi madre era la mujer que pronunció mi nombre en un principio,  sabía que mi hermano estaba  en la puerta de la habitación; pero no quería verlo,  no se me quitaba de la cabeza el vuelo de Hoseok despegar sin marcha atrás.  —te desmayaste pero,  ya todo está en orden. —informó aún con las manos en los bolsillos de su Bata.  

La puerta se cerró ahogando su salida.  

Mi madre se inclinó sobre mí dándome un beso en la frente. 

—El cáncer se fue cariño,  el doctor Stevenson logró sanarte. Ya estas curado mi amor. 

—¿Enserio? 

—Si,  al final la batalla dio frutos, solo que,  para eso,  fue necesario ir a otro lugar. 

—¿Que lugar exactamente? —pregunte ya lo bastante despierto para saber que la pálida habitación a la que me había acostumbrado era diferente. 

—Estamos en Seúl, —intervino Suga—; después de que te desmayaras en el aeropuerto,  el doctor dijo que ibas a morir, la droga que tenía tu cuerpo se reventó como burbujas al entrar en contacto con tus pulmones sin oxígeno y los glóbulos de tu cuerpo se marchitaron como flor sin agua. —en ese momento Suga se acercó a mi camilla poniéndo sus manos en los hombros de nuestra madre. —Tuvimos que ir a Busán de manera inmediata, al parecer era la única forma, el doctor Stevenson te aplicó anestesia "Dlogger" Mantuvo tu hemorragia dentro de las 24 horas de vida que te quedaban,  pasamos 13 horas en la Sala de espera,  con el corazón desbocado ¡Y todo por tu culpa! —gritó al final. 

Eso me hizó enojar.  

—¿Mi culpa? ¿Estas seguro de que fue mi culpa el que yo saliera del hospital a toda prisa con la intención de lograr despedirme de mi mejor amigo que por cierto,  se ha ido de intercambio a California?  

—¿Como? —interrumpió mi madre nuestra discusión. —¿J-Hope se fue de intercambio a California?  

Se dirigió a mí pero yo le dio otra respuesta de la que esperaba.

—Preguntárselo a Min Yoongi. 

—Suga, —lo llamó mi madre con voz firme esperando que el le explicara. 

Suga se mordió el labio inferior.

—Hackee el sistema del Colegio de Hoseok, le pedí un intercambio al Director,  cuando el no estaba viendo hice que el proceso se valiera de inmediato. —respondió sin darle importancia. 

—¡¿Hiciste que?! —mi madre gritaba,  pero yo no quería escucharlos.  Al levantarme de la camilla sentí mi cuerpo mucho más liviano,  el suero que entraba por mi intravenosa hacía efecto de una manera impresionante,  pase al lado de mi madre y Suga sin siquiera mirarlos. 

Les dije que quería salir,  ellos no me lo impidieron. 

Camine sin rumbo hasta que ví un Letrero que me llamó la atención. 

"Parque Western"

Habían niños igual a mi saltando y riendo por todo el lugar,  me sentí feliz aunque no fuera precisamente quien estaba riendo. 

Vislumbre a un chico de mayor edad,  junto a una niña calva con vestido rojo y una muñeca de trapo. 

El chico estaba cantando, no reconocí la canción,  pero me acerque lentamente, mire el letrero inspirador que había sobre sonreír sin parar y seguí cambiando, algo en la voz de ese joven me resultaba familiar.  

Cuando término la canción la niña lo abrazo,  le dio ánimos y fue a jugar junto a un grupo de niñas que la llamaban con señales desde los columpios. 

—Chico con gorro de lana.—Murmuro el pelinegro—¿Donde estas Kim Taehyung? 

Mi cuerpo no pudo seguir acercándose. 

Era él. 

Preguntárselo a Min Yoongi. 


 
 
 

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