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Una llamada #32

  • Foto del escritor: Mellower Fanatic
    Mellower Fanatic
  • 17 oct 2018
  • 6 Min. de lectura

No hay una hora exacta en mi intelecto que me ayude a saber cuanto tiempo más estuve parado como estatua después de recordar ese día. ¿Por que Suga se había enfadado tanto conmigo, cuando nos encontró en la playa? El chico feliz que aún tenía presente, no hubiera reaccionado de esa manera, haría lo que fuera por su hermano. Lo conocía desde que pude forjar recuerdos a largo plazo dentro de mi cerebro. 

Ese día no dejaba de sonríe, ¿Y ahora no me contesta las llamadas? 

Desde que logre aterrizar con vida en uno de los Estados que conformaban el desarrollado país, le pedí el permiso a la señora Kim(Marián) de realizar una llamada a larga distancia. 

—Claro que si, sigue derecho. Y en la siguiente habitación encontrarás el cuarto de ropa,cruzas a mano izquierda; ahí encontrarás un telefóno detrás de una cesta con medias que acabó de sacar. —Me explicó usando las manos igual que un guarda de tránsito cuando un semáforo se rompe. Puse cara de poco entender, me daba pena volver a decirle donde exactamente. 

—Yo te llevó—Se ofreció Mike salvandome, me dio un empujón levemente por la espalda para que avanzara —, Tranquilo.  Terminas acostumbrandote a las coordenadas que la gente por acá suele decirte. En tanto, yo te ayudaré. 

Asentí en silencio. 

Luego de haber déjamo mi maleta en la habitación de mi intercambio, y de haberme pasado unas 3 horas lamentandome por realmente haberme subido a ese avión. Salí de la cueva lastimandome los ojos con la luz del atardecer que entraba por la puerta. 

El buen hijo había salido para comprar algo de comida, —Pensaban hacer algo especial por mi llegada—por lo que al apoyarme en él barandal y preguntarle a la señora de la cara si podía usar su servicio, logró rescatarme de esa penosa situación. 

No quería sentarme por un largo tiempo, tras pasar por lo menos 18 horas en el aire con trasbordo, casi que un día. Tenía miedo de quedarme sin Cola. 

Efectivamente estaba detrás de una canasta con medias sin lavar, Seguimos derecho por el pasillo, llegamos a un cuarto de lavado, cruzamos a la izquierda y ¡Finalmente! Tenía en mi poder la llamada del día. 

—Bueno chico, te dejó hablar, supongo tienes muchas cosas que hablar con tu familia. No te quito más tiempo, cuando sea hora de comer te avisó—añadió llevándose las medias, me sentí mal por mentirles el primer día. 

Lo cierto era que no llamaría a mi madre. —Aunque pensándolo bien, debo hacerlo—.

Estaba para llamar a Min Yoongi, sabía que no me dejaría hablar con Tae. Pero conservaba la esperanza. 

Los dedos de la mano me temblaron cuando marque el número. Respondió al tercer Tono. 

—¿Bueno? ¿Con quien hablo? —contestó una voz gruesa al otro lado de la línea.

Respire hondo dejándole espacio a las palabras de agruparse en la sopa de letras y decir algo concreto. 

—Hola Suga, Soy J-Hope—logre articular con un nudo en la garganta. 

Se formó un largo silencio entre los dos. 

—Humm, ¿Llego bien tu vuelo? —cuestionó desinteresado, eso no era lo que quería saber, pero le segui la corriente por cortesía. 

—Yo estoy bien,  solo quería ver si podía hablar con Tae—dije al final. 

Me sudaron las manos, logré limpiarlas en la ropa que llevaba puesta sin importarme  que la ensuciara. 

Min solto una risa sarcástica. Lo sabía. 

—No,  no puedes—. Negó tras recuperar la postura. 

—Por favor, dejame hacerlo— le comencé a rogar cuando el me interrumpió. 

—No,  no no quiero que hagas eso, es la verdad.  No puedes —afirmó siendo algo irrefutable,  pensé en su salud e hizo que mi cuerpo se tensara. 

—¿Por que no puedo saludarlo? —Me atreví a murmur en voz Baja,  aun así me escuchó.

—Ho-seok —Saboreó mi nombre como si le supiera a vinagre. —, Tae esta en coma. —confesó tomandome por sorpresa lo que hablaba. 

Me fallo el equilibro de las piernas,  flaquearon igual que una gelatina inclinada, estuve a punto de dejar caer el teléfono junto con el deseo de mis rodillas al dejar de luchar contra la gravedad. 

—¿ C-C-Co-Como? —logre decir articulado las palabras para que se entendieran. 

Lo bueno de hablar en otro idioma es que tu nueva familia inglesa no puede entender. Tuve la sensación de que alguien estaba acercándose lentamente. 

—Eso mismo Chico, se entero por medio de Seok-Jin que te ibas, lo convenció para que lo llevará al aeropuerto. Lastimosamente se desmayó antes de que eso fuera posible... Lo traje de nuevo al hospital pero su situación era critica, tuvieron que inducirlo en estado de coma para lograr la recuperación completa de su cuerpo debido a una cirugía que le practicaron  para salvarlo.—explicó con voz cansada. Conociendo lo protector que era, probablemente ni dormía. 

—¿Hace cuanto esta así? 

—Estan por completarse 6 horas—respondió distraídamente. 

De imediato revise la hora en el reloj que llevaba en la muñeca derecha, ¡Rayos! El horario era diferente.  

Deje el telefono Imnalanbrico en una estantería y camine hasta la cocina, ojee entre los objetos que encontre vislumbrando cerca del horno microondas un reloj circular blanco con puntos negros que marcaba: 5: 00 Pm 

Había pasado un día entero.  

Salí a las 3: 30 Pm +18 horas. Si, efectivamente. 

Volví a donde estaba el telefono, olvide avisarle a mi remitente que me permitiera un segundo. 

Al escuchar el pitido supe en ese momento que no podía volver a intentar contactarlo. Colgó. Me quedé con el auricular en la oreja reprimiendo la idea de lanzarlo lejos. 

Tenía rabia, desconsuelo y ahogo en mi pecho. ¿Como se atrevio a hacerlo? ¿Y porque Jin fue a decirle? 

Mike me avisó que la comida estaba lista, no tenía hambre pero no podía hacerles eso. Así que luche con la ensalada; y el Pescado. 

Hable con mis padres al otro día, me contaron que el negocio estaba llendo bien y Nam-Joon era un estudiante brillante. 

Quedaron encantados. 

Hablaron de sus elogios mientras yo me deprimia en un gran sillón de la Sala viendo a Mike chatear con Dylan. 

Tenía momentos donde estaba triste,  pero nada se comparaban con justamente esos instantes. 

—Bueno Tesoro, te dejó, debo preparale el almuerzo a tu padre y a Nam—se despidió mandando un sonoro besó. 

—Adios má,  Saluda a Papá de mi parte —añadi colgando primero. 

No quería volver a oir la línea muerta. 

Incluso ya lo llamaban Nam, ¡Imaginense! 

Llevo viviendo con ellos 14 años; y nunca me dijeron "J-Hope" 

¡Nunca! 

Siempre era "Hoseok esto, Hoseok lo otro"

Deje el aparato eléctrico catalogado como objetivo de comunicación en la mesa y cerré lo ojos con fuerza suspirando. 

—¿Paso algo? —preguntó Mike sin apartar la vista de su conversación por messenger. 

Sin abrirlos le respondí. 

—Oh nada,  solo que tu hermano se ha ganado el cariño de mis padres más rápido de lo que me costo a mí aprender a manejar en bicicleta. 

Sentí como se curvaban sus labios en una sonrisa. 

—Es clasico de Nam, suele estar muy dispuesto a ayudar. No es novedad. 

Las obras pesan más que las palabras. Puedes decirles "Te amo" Miles de veces,  pero creeme,  un detalle los conquistar en un dos por tres—. Comentó alzando una ceja. 

—¡Huy! Hola Muchachos—Saludo una voz agitada, era la señora Kim, llevaba en sus manos un par de compras.  

—Hola Má. 

—Hola Señora Kim, bienvenida—saludamos al unísono desde la Sala. Mike regreso a su conversación y yo aproveche su Consejo ayudándole a cargar las bolsas.  

—Permítame Ayudarle. —la intersecte antes de que entrara del todo a la casa,  aun habían más compras en la parte trasera de la camioneta familiar.  

Alguien se dio cuenta de mis planes y salió a defender su territorio como perro guardan. 

—Ah no,—protestó Mike levantandose de su cómodo trono cuando me vió afuera—Eso, dejamelo a mi—añadió quitandome los paquetes que cargaba. 

—Pero si tú nunca me ayudas, ¿A que viene esa amabilidad de repente? —lo delató la señora Kim mientras bajaba un bolso de mano junto a las llaves del auto. 

El color Rosa pinto sus mejillas.

—¿A,  pero que dices madre? Si cuando puedo te ayudo,  nada más que últimamente he estado ocupado —. Se defendió apenado escabullendose de vuelta a la casa. 

Vaya,  esta familia es interesante—Caturreo mi inconsisten provocando que me dieran ganas de reír. 

Preferí no hacerlo y ayude a cargar algunas cajas. 

Puse en práctica mi sabiduria con las estrellas cuando el plan de los señores Kim era ver una lluvia de meteoros. 

—¡Hey! ¡Heyyy! —insistió Sam pasando una mano frente a mi cara varias veces, retorne de mi ensoñación para dame cuenta de que los refuerzos llegaron. 

—¿Que pasará con el auto? —le preguntó a Mike antes de ocupar mi lugar en el Audi Blanco de Dylan. 

—No te preocupes—respondió volviendo para activar el techo —. Listo, ahora si ¡Vamonos! — gritó animadamente, los otros le siguieron el coro. 

Me encogi de hombros viendo por última vez el convertible, me subí al lado de Sam ya que Mike iba al lado de su Amigó hablando del próximo partió que tendrían los "Tigers"

Pensé en Tae cuando supe lo que sucedió, y seguí pensando en él cuando dejamos atras la calle del clavo oxidado. ¿Habra despertado del coma? ¿Preguntara por mi? 


 
 
 

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