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Hola, Soy J-Hope #33

  • Foto del escritor: Mellower Fanatic
    Mellower Fanatic
  • 18 oct 2018
  • 5 Min. de lectura

—Los aplastaremos —¿Como estas tan seguro? —He conseguido un nuevo jugador —¿Quien? —Mi nuevo inquilino—Afirmó Mike muy seguro. Estaba tan sumido en la mañana mientras el cabello de Sam se revolvia con el viento entrando por la ventana de su asiento que no supe en que momento habían vendido mis palabras. —¿Hoseok? —pregunto curiosos Dylan sonriendo. Mike asintió. —¿Espera que? —proteste cuando supe que hablaban de mí. Me incline para mirar al impostor. —Relájate hermano, —Interrumpió el basquetbolista poniendo ambas manos sobre mis hombros para sentarme de nuevo. Es increíble la rapidez con que las cosas cambian, en un momento estas recordando lo miserable que se volvió tu vida; y al otro, ya te han conseguido un partido. Sam se interesó por la discusión comenzado a desenrredar su cabello hecho un nido de pájaros. —¿Te gusta el baloncesto? —me miro interrogativamente pasando a hacerse una cola alta con un mola azul. Iba a decirle que no pero por el espejo ví la cara de Pence suplicando que no mintiera,  rode los ojos compadeciendome de él. —Si—respondí finalmente—, lo cierto es que deje de prácticarlo por un tiempo, pero aún recuerdo algunas jugadas. —¿Que posición eras? —intervino Dylan quien prestó atención desde que Sam preguntó, miro solo una vez en mi dirección ya que estaba manejando. —Era defensa,  pero también lograba dar buenos pases —contesté restándole importancia. —Genial—alabó el coductor, sonreí un poco. —Pero, ¿Por que dejaste de jugar?  —añadió volviendome a mirar, me removi incomodo sabiendo que estaba hablando de algo personal—Mike noto mis movimientos. —Además eres alto, seguro que el entrenador le dejara hacer una práctica e ingresara de inmediato —comentó desviando la pregunta y defendiendo mi respuesta, me lleve las manos a la cara dramáticamente golpeandome. Este chico no entiende que yo vine a pasar inadvertido, pretendía que los años se pasarán rápido para volver a ver a Tae. Aun que no lo crean,  ese chico se convirtió en mi patrocinador.  Desde que pise la asera de colegio se encargó de volverme una celebridad. El chico de intercambio ha llegado—Ese fue el nombre que reveló el Instituto. —Claro que si, además no será un problema que gane masa muscular, tengo suplementos y esteroides.... —habló el mejor amigo de mi patrocinador despegando la vista de la carretera. Se oyó un pitido tan fuerte que sentí fuera de mi cabeza los tímpanos. —¡Cuidado! —gritó Sam. Ambos autos frenaron de golpe quedando a solo escasos sentimetros de chocar. —Tienes que ver la carretera —añadió regañandolo. Un hombre con pantalones hasta la rodilla color café oscuro y camisa a cuadros fajada resaltando una gran barriga se bajo de un Toyota negro, bastante enojado. —Arranca, arranca—. Lo asaro Mike pisando el acelerador con su pie. El Audi agilizó la orden saliendo de golpe por la carretera. El hombre barrigon nos siguió con la mirada, me fijé que llevaba puestas sandalias de cuero. Se llevó las manos a la cadera hablandole al aire, regreso a su auto y también arrancó. —¡Lo siento Hombre, pero se nos hizo tarde para llegar al colegio! —Se disculpó en un gritó Mike sacando la cabeza por la venta. Sam y yo nos reímos. —Eres un tonto—le dije sin dejar de reír. El sonrió volviendo a mirar al frente.  Hice lo que el hermano de Nam me aconsejó, después de estacionar ellos se dirigieron a sus clases en tanto yo caminaba hacía la dirección.  Me perdí. No todos los estudiantes que me encontré en los pasillos proporcionaron información viable a mi busqueda. Pero logre encontrar la puerta correcta. Todos los pasillos se ven iguales, exepto el gran portón de la cafetería que decoraba el lugar con buena comida. Gire las perrilas horizontales descubriendo que no tenían seguro, obligue a mis piernas a avanzar una después de la otra. Una mujer con gafas delgadas, las cuales se balanceaban en el puente de su nariz, me vió dejando de organizar unos papeles en los cuales colocaba un sello violentamente. —¿Que se te ofrece? —preguntó sin intenciones de ayudarme, se le notaban un par de bolsas bajo los ojos, tenía un labial rojo y sombras moradas.  Durante un segundo me quedé analizando su perfil, parecería una señora bastante cansada. —Si, umm , soy de Corea del Sur... —comencé a explicar. —¡Ah claro! El chico de intercambio—recordó abriendo un expediente. Ví mi foto. ¿Como es que tienen un expediente de mi si nisiquiera he venido antes? También se me hizo raro que usará la frase del hermano de mi suplente en Busán cuando nos despedimos. —Recuerda, primero ve a la dirección,  solo sigue este pasillo; yo estaré en clase de historia con Dylan —señalo a su comapñero—,  y Sam estará en Ciencias —también la señalo —. —Mike, tranquilo,  encontraré la dirección y luego los buscare —trate de que se calmara. —Yo se enano, solo que... Trato de cersiorarme. — afirmó. —¡Adios! —se despidió, los demás hicierin un gesto con la mano y caminaron juntos. —¡El chico del intercambio ha llegado! —celebro alzando los puños al aire. La gente lo miro raro,  pero eso no le importó. Negué cabeza varias veces mientras sonreía Cerré con fuerza los puños alrededor de las correas que tenía la maleta colgando a cada lado de mi cuerpo. Observe sus movimientos en silencio parado a un lado de la mesa donde ella trabajaba. —Ten—. Captó mi atención ofreciendome un sobre igual que el que me dieron después de la noticia. La mire sin entender. —Dale eso a la directora—; aclaró volviendo a la computadora. —Espere, ¿Usted no es la directora?—pregunte sin sentido, la mujer nego con la cabeza pasando a señalar una puerta al lado derecho de donde estaba. Asenti y volví a caminar, depronto uno ruidos me resonaron en el estómago. Me dieron arcadas, sugete mi boca con fuerza igual que el vientre plano. —Con permiso — avise  a la vez que entraba. Una mujer más joven que la anterior me recibió sonriendo a medias. Yo igual le devolvi el gesto en misma medida. —Pasa Hoseok —, añadió sentándose en un una silla giratoria, tome asiento en una más sencilla enfrente de ella. Me entregó una bolsa transparente; dentro había una llave y un candado. —Una vez ingreses la clave puedes ponerlo en tu locker—explicó al tiempo que revisaba el expediente que deje cerca del computador. —Veamos...—habló distraídamente, leyendo las hojas que contenían información de mi persona. Al usar por años una bicicleta tuve la facilidad de abrir el candado e ingresar un codigo. —¿Para que la llave?— me Atreví a decir. La mujer comenzó a escribir algunas cosas que de la hoja pasó a un formulario. Al inclinarme un poco logre ver de reojo otra vez mi rostro. Parece que estaba siendo ingresado al sistema, cuando tecleara enter sería oficialmente un miembro más de la Preparatoria Globers of Break. —En caso de que se te olvide la combinación, entonces podrás abrir el candado usándola —respondió, su voz se ahogo por unos leves toques a la puerta de su Oficina. —Adelante —contestó alzando la voz para que quien estuviera detrás la oyera. Me sorprendió ver a Sam entrar, camino con las manos juntas delante de su pecho, sus pasos eran delicados. No había pensado mucho en ella desde la primera vez que la ví en la lluvia de meteoros, Mike nos presentó. Con solo tocar su mano ella se intimidó un poco, ahora se le vía diferente ; más segura de si misma. Llevaba una camiseta ancha de color Rosa y un saco gris delgado encima, unos jeans ajustados color negro y zapatillas a juego. Era muy linda. 

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Sam en Multimedia 


 
 
 

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