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Baloncesto #34

  • Foto del escritor: Mellower Fanatic
    Mellower Fanatic
  • 19 oct 2018
  • 9 Min. de lectura

Samanta Yorgelis, así se llamaba. Un seudónimo apelativo,  todos tenemos uno de esos, lo escriben en pequeños trozos blancos y nos obligan a tenerle un espacio en nuestra cartera o maletín. Es lo que hace que nosotros no seamos solo menos importantes que un animal. Por eso existen los derechos, ¿Se han puesto a pensar en que hay de bueno en todo lo que sobreviene llevar un nombre?  Solo tenemos un modo decente de ser llamados,  pero en realidad. ¿Que significa? Los ladrones también tiene uno y no por eso dejan de robar. Los asesinos pagan por hacerse notar sin ninguna restriction. ¿Entonces, que función tiene exactamente? Le damos importancia a cosas que incluso sirven para tenernos tras un tormento. Somo presos de lo que hacemos sin intención o razonamiento de confianza. Incluso somos nuestra propia arma y destrucción, eso lo aprendí de un sabio que jugó con la vida creyéndose poderoso de hacer un canje con el otro lado del Universo. Lo único que no se puede remediar es la muerte. ¿Que pienso de todo esto? Incluso la fe llega a un límite donde Dios dice basta,  para todos los creyentes cuando se acciona una orden deben creer que el mundo se expande como la ciencia lo dice. Siempre veo a las personas caminar tan abrumadas con sus problemas sin enterarse de que realmente no son más importantes que un nombre. Así lo indentifican en su cédula.  Te sientes con un derecho por que así fue redactado ante un juez. Dejamos a otros decidir,  dejamos a otros ser nuestros verdugos, pero nadie dice nada. Solo necesitas un nombre, es lo que me ayudó a distinguir el cuerpo de alguien cercano. —La señorita Sam yorgelis le será de guía el día de hoy,  así que pueden empezar. Es una de las estudiantes destacadas que cursa el grado 8A. No estarán en la misma clase pero si interaccionaran en alguna que otra. La voz de la directora resonaba como una lirica lejos dentro de las paredes de una cueva.  —Jung Ho-Seok, —Llamó tratando de captar mi antecion. La mire en silencio esperando sus próximas palabras —puede retirarse—agregó señalando la puerta. —Claro—asegure levantándome, la llave y el candado las guarde en uno de los bolsillos delanteros del pantalón. Sam camino delante mío sin despedirse.  —Pudiste haberme dicho que serias tú quien me daría el recorrido —reclame una vez estuvimos devuelta en los pasillos del Colegio. Ella se disculpó apenada. —No lo sabía, enserio, en medio de la clase me han pedido que vaya a la dirección. —Ya veo. —Admito que me sorprendió verte —confesó doblando a mano derecha tras 10 pasos por el camino principal. —Pues yo también, Mike me había advertido que sería la misma directora quien me daría el recorrido —señale encogiendome de hombros. —Si, eso también lo creíamos —Confirmó llegando a una sala. —Bien, debo volver a clases,—Admitió dejando de caminar. —Pero, ¿y la guía? —No te preocupes, tendrás mucho tiempo para conocerla,  ademas lo que dijo la directora no es del todo cierto, estamos en la misma clase y siempre Dylan se encuentra con Mike en la entrada para ir juntos al entrenó. Nos veremos ahí, asi te podré guiar cada vez más fácil; al no estar preparada con atelación para esto no tengo permiso del profesor, asi que debo volver o me perderé alguna explicación importante—Respondió comenzando a regresar por el corredor. —Eso lo entiendo pero. ¿y yo que haré?—Dude parado viendola alejarse. Ella se volvió sin dejar de caminar. —Entra y lo averiguaras—respondió doblando la esquina. Mire la puerta doble, pintada de color naranja. "Sala de Deportes" No es seguro que Pence y Yorgelis esten aquí, a la primera hora me dijeron que estarían en clase, aunque,  ¿Cuantas horas han pasado exactamente? Me arriesgue y empuje el metal. Al hacerlo un balón de baloncesto se dirigió a mi cara, en acto reflejo me cubri la nariz atrapandolo. —¡Oye! Aquí estas—. Una voz subió de tono alegre corriendo hasta donde estaba, sus zapatillas hicieron chirriar el suelo con cada zancada. Baje el balón unos milímetros para ver el rostro de mi hermano sustituto. —¿Que tal ha ido? —pregunto refiriéndose a mi vsita en dirección. Tarde un segundo en ubicarme, el gran diamante que conformaba el lugar de entrenamiento era fascinante. Era un hermoso hexágono puntiagudo que se alzaba en 3D tocando el cielo, la gran habitación tenía miles de gradas donde me imaginó cuando hacen los partidos la gente puede observar —lógico—. El piso encerado era impecable, las cestas en buena posición. Depronto mis años de campeonato estatal de deporte renacieron. El día que Tae sufrió el desmayo yo me estaba preparando para un juego intercolegial con:  "Beijing 4" de China. Fueron invictos por cuatro años en los Athletic Rundfunk. Hasta el momento yo era la clave cuando se trataba de saltos y anotaciones. Reprimi tanto ese anhelo al ver a mi mejor amigo en esa situación, prefiriendo la sangre aunque no de mi sangre que al deporte. Ahora las cosas podían ser diferentes. ¿Verdad? 3 de Abril -Corea del Sur Liga de Baloncesto Profesional (Equipo The Winner Go) El silbato sonó, quiere decir que es momento de jugar. La adrenalina llena mis pulmones con hidrógeno haciendo latir mi corazón más rápido que nunca. Ganó el saque saltando a primera base, driblo el balón jugando con las manos y el atacante. Mis piernas se activan, reaccionando al más mínimo movimiento que percibo. —¡Aqui! —grita Wong Bim avisandome de que esta solo, al avanzar un oponente trata de quitarme el balón. Muevo el pie izquierdo en retroceso girando sobre mi eje diestro y soltando el balón cuando vuelvo a tierra con el zurdo. El objeto esférico vuela en arco, Wong lo atrapa, empezando a saltar listo para encestar. Cada juego parece ser un misterio, lo cierto es que al final aún sin saber que vas a ganar hueles la desperacion, la envidia, el coraje, Valentia e incluso miedo. Todo está en la cancha. No podemos evitar mostrar cómo nos sentimos siempre que un suceso acontece tomandonos por sorpresa. Puedes entrenar día y noche, pero sin el exito de ver calmados tus nervios se pierde todo. Cada respiración es vital, concentro mi energía predestinado los pasos que haré o los de mi oponente. Como predigo Wong anota, el público celebra, solo que no podemos bajar la Guardia, nonoss tomamos 5 minutos del tiempo como los futbolista para celebrar, incluso cuando hay cesta el equipo contrario toma el control marchando hacia nuestro ring. Mis brazos se preparan para no sufrir algún desgarre. El musculo se contrae y afloja. Corremos alrededor de 30 minutos hasta que el partido Acaba. 50 canastas a un marcador de 46. —¡Damas y caballeros los ganadores son el equipo de "The Winner Go"—anuncia el entrenador. —Mr Lee—. Tae esta de pié aplaudiendo y gritando en compañia de toda la familia Kim y Jung. Nos dirigimos a las duchas para cambiarnos. —Buen pase J-Hope—. Felicita Wong dándome un suave golpe en la espalda. Asiento añadiendo que también su salto fue pefecto. Todos comienza a alardear de sus habilidades y la razón de la victoria concedida. Me visto para salir rápidamente. —Que gran victoria hijo—elogio mi padre dándome un abrazo, mi madre beso mis mejillas. —Que orgullosa estoy—agrega sonriendo afectivamente. —Gracias por venir—; respondí  acomodandome la maleta en ambos hombros. Ellos salieron primero acompañados de los señores Kim luego de que felicitaran mi pase. —Realmente eres el mejor —Siguió Tae Chocando las 5. —Pues claro que lo és, todas esas horas que pasa entrenando y luego jugando en la casa con nosotros. No son en vano. —presumió Suga. Después de que el lugar se desocupara fuimos a comer a un restaurante. Por el momento todo estaba bien. Tenía unos grandes amigos junto a un juego que amaba llevar a cabo con el tiempo medido. No se me paso por la cabeza que tuviera que dejarlo depronto. 7 de Abril -Corea del Sur. Un día antes del desmayo de Taehyung —Hemos conseguir boletos para ir a ver la película nueva que salió, ¿Quieres venir? Estábamos sentándos en las bancas, comiamos un Sándwich de jamón que la cocinera Gael —abreviación de Lye Greece—preparó. La semana se volvió pesada con tantos trabajos y exámenes que había tenido que presentar, Caisi no dormía. Pero mis notas eran buenas, no súper como las de mi amigo,  pero eran aceptables. Bostece sin poder evitarlo. —Lo siento, pero hoy tengo entrenó—Respondí desalentado, "Honor A muerte" Era una película que durante meses espere que saliera, ahora me la perdía. Lo cierto era que necesitaba salir, pero no era algo que estuviera a discusión. —¿Hoy tienes entreno? Pero si es viernes —protestó sorprendido Kim. —Lo sé, pero tenemos un partido dentro de 10 días contra los campeones invictos de China —aclare bebiendo un poco de gaseosa. Tae brincó de alegría. —¡¿Enserio?! ¿Contra Beijing 4? No puedo creerlo, son los mejores jugadores que hay en Asia — habló dejando de mirar—Rio Tochina es su mejor pívot, nunca falla y siempre termina colgándose de la cesta. ¡Es impresionante! —Comenzó a dialogar consigo mismo absorto de mi presencia, me daba risa verlo cuando se ponía en ese plan. —Y luego esta, Yurima Tschala, un defensa cuya fuerza, complementa su velocidad igual que 10 elevado a miles de ceros más... >>Despues Reny Kento. ¡Oh esto será emocionante! —dijo finalmente al tiempo que sonaba el timbre de que el descanso se terminó. Todos se levantaron de sus lugares, Tae y yo seguíamos sin mover un dedo. Después me vio y reacciono. —¿Pero que haces aquí? Las clases continúan. —Esperaba a que recuperaras la compostura. —Vamonos más bien —contestó botando la basura. Sonreí un poco sintiendo afortunado de tenerlo conmigo, siempre nos apoyaba sin importar a que rivales enfrentabamos. —¡Chicos más rápido, más rápido! —ordenó el entrenador haciendo sonar el silbato infinidad de veces,  mi cuerpo estaba por colapsar. Afortunadamente sobreviví. Todos estaban al tanto de contra quien tendríamos que pararnos en la cuerda floja. Era un hecho. Denotaba una bomba con un prototipo de vernos oficialmente reconocidos si ganábamos. Necesitábamos obtener un resultado positivo a la hora de que el marcador nos hiciera correr contra una victoria o derrota segura. Me imagino como habrá sido la película, tendre que preguntarle a Tae después, al salir del Colegio ya estaba oscuro. —¡Oye, Hoseok! —escuche mi nombre ser pronunciado entre un grupo de chicos que también salían. Solemos estudiar en la mañana y en la tarde, asi es el horario de Kim, los deportistas que representan el Colegio usamos el horario de la tarde para entrenos. Me volví para ver quien me llamaba. —¿Quieres que te llevemos? —insistió un chico con el cabello rizado y gafas gruesas,  llevaba un maletín azul descolgado de una Correa, ambas manos las tenía en los bolsillos delanteros de su sudadera. Un Volvo azul freno en seco justo en la entrada, Seok-Jin se bajo con oscuros lentes ocultando sus ojos. En aquel entonces no nos hablabamos, creamos un vinculo después del diagnóstico. Mire al chico de la oferta, se llamaba Lee Chi-Yeon, compartiamos clase de Cálculo, fue él quién me aviso del incidente con haber encontrado a un chico tirado en medio del pasillo y gotas de sangre a su alrededor cuando regresaba del baño. Para entonces era la primera vez que me dirigía la palabra. —No gracias,  Debo esperar a alguien hable mirando a Tae salir. El grupo de estudiantes se disperso con Chi-Yeon subiendo al Volvo. —¿Preparado? —Fue lo primero que dijo al verme. Solté un suspiro por su insistencia. —Aun faltan 10 días—respondí cansado por el entrenamiento. —Ok, Ok no te presionó. Suga llegó por nosotros, después de la Universidad aprovechaba nuestros horarios para llevarnos de vuelta. —Hola Suga. —Hola Hermano —saludamos entrando al vehículo. Todo iba bien, la mañana siguiente se volvió complicada. Al pasar por Tae no se le veía en forma, de un momento a otro su figura cambio, literalmente de la noche a la mañana lo ví más Delgado; no resalte este dato por que no quería ser imprudente, recordé la vez que lo conocí cuando al vómitar boto sangre. Después usar nuestro lenguaje especial por no coincidir con los horarios, quedamos de vernos en las bancas. Ví al chico de la noche anterior, tenía a su lado un espacio libre así que me senté. La primera hora debía forzar mis cerebro con ecuaciones. Calculo. —Hola—. Saludo al verme. —Hola —. Correspondí su gestó. Compartimos un par de ejercicios que en clase nos dejaron haber cuales eran los resultados y si coincidían. —Eres bueno—, admire una vez me explicó como resolverlos de manera fácil. —No es nada. —contestó encogiendose de hombros. La profesora llegó y gracias a él obtuve puntos extra por salir al tablero. —¿Puedo ir al baño? —alzó la mano para pedir permiso de salir. —Puedes —respondió Miss Universo, era una forma de decirle, la maestra Yoong Myjeongi se creía muy linda e inteligente. Lo era. Pero exagerada algunas veces. Chi-Yeon salió en tanto resolviamos más ecuaciones. Pasaron exactamente 6 minutos cuando se desató el caos. Salí corriendo del Salón aunque la profesora me llamaba constantemente, ví a mi mejor amigo ser levantando en brazos por otra profesora, varios estudiantes salieron de sus aulas al enterarse por los gritos de la mujer. —Llamen a una ambulancia —ordenó. Me acerque para ver a Tae con la camisa manchada de sangre,  su nariz estaba roja, sostenía un cable de proyección en su mano derecha. —Déjeme ayudarle. —intervine dándome cuenta del bullicio que se formó. Cargue a Tae hasta la ambulancia, —tenía 14 años pero era fuerte—no me dejaron subir sin permiso. Así que me quedé viendo como una caja blanca con ruedas desaparecia de mi vista. En el instante que las clases terminaron, no fuí a casa, tome un taxi hasta el hospital. —¿Leucemia? —Fue lo primero que oí preguntar al atravesar las puertas de la clínica. Supe que todo cambiaría; y cambio.


 
 
 

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