China #36
- Mellower Fanatic

- 21 oct 2018
- 10 Min. de lectura
Estaba sordo, absorto, no tenía a mi alrededor nada que me logrará sacar del trance por el que me adentraba sin retorno.
Alguien paso a mi lado golpeando mi hombro con brusquedad, ví una melena verde llegar con prisa hasta donde estaban los señores Kim discutiendo del Tema. Aunque sabía que guardar la calma era vital, pronto se comenzaron a desbocar mis emociones sin que un aviso se los impidiera.
De reojo observe como las personas se dirigían a nosotros entre susurros, estaba claro que no apreciabamos un panorama normales.
Cruzaron por mi mente miles de tormentos.
Incluso si la situación era tan clara como el agua, aun seguía siendo para mi tan turbia como si de por alguien se hubiera zambullido sin permiso.
No teniamos razón para permanecer calmados, todo se volvió un círculo que nos encerraba girando sin parar, me golpeo en la cara una realidad siniestra. Mi mirada se poso en el suelo, la marca de zapatos plasmados permitía dejar de pesar por un segundo, la señora Kim percibió mi silueta.
—J-Hope—Hizo ademán de que me acercara con un gesto manual.
Coordine mis movimientos caminado como robot, al estar a su lado dijo lo obvio.
—¿Has escuchado?
Asentí por que las palabras se trabaron en mi garganta; y pedirles que salieran requerían someterme a un gran esfuerzo, pronto se me aguaron los ojos, despiste ese suceso pretendiendo que me arreglaba la chaqueta del Colegio. Ni siquiera le dí oportunidad al timbre de sonar, la profesora término la clase y yo salí del Salón a paso ligero.
La preocupación se leyó en los rostros, menos el de un ser en particular.
—¿Que haremos? —fueron las palabras que pronunció Suga luego de que le contaran que había sucedido Exactamente con su hermano.
Nadie respondió.
—No podemos quedarnos aquí parados y lamentarlo, si, es joven, pero también es fuerte. Lograra vencer al cáncer como muchos niños antes lo han hecho—tanteo el terreno de nuestras sensibles emociones, su forma de hablar era como de un líder, sabía usar las palabras para dar esperanza. Eso era justo lo que estaba haciendo —, no podemos darnos el lujo de que él nos vea en éste estado, Mamá; tienes el lápiz corrido, Papá; tienes bolsas moradas en los ojos, y Hoseok; tienes un moco en la nariz—rodee los ojos drásticamente, su ironía lograba confortarte, aunque en ocasiones no entendía por que valia la pena menciónarlo.
Luego de hacerlo me lleve una mano a la nariz de Rodolfo limpiandome el exceso de tristeza con la manga del buso. Era el más hecho trizas, aun así Tae no puede decir en sus meses de enfermedad que vio Flaquear la valentia de su Hyung por sacarle una sonrisa.
Se evaporada como despertar de un sueño, en tanto concentraba todo mi equilibrio en no perder la cabeza, un silencio abrió sus pétalos, empapamos nuestra preocupación en ellos.
Él docto regresó.
—Ya despertó, pueden pasar a verlo.
Pude persivir en su voz y ojos, lastima. No debe ser fácil decirle a una familia que la dirección de sus vidas ahora se reduce a una terrible enfermedad.
Quería decir cosas como: "No se preocupen todo saldrá bien", " Suga tiene razón". Pero bastaba con atender a mis pasos para denotarlo.
A Tae no se le informó del caso, es terrible despertar en un hospital y a parte de eso no saber por que exactamente te encuentras ahí.
Siempre hacen eso.
Debes esperar a que alguien familiar suelte en tu cara el golpe final.
Me quedé en la Sala de espera con El señor Kim. Permitían cierta cantidad de personal en las habitaciones.
A mi lado el hombre veía la tele sin realmente interesarse, los noticieros no son la gran cosa. Muestran todos los días crímenes y castigos vengativos como si fueran algo novedoso.
La profesora de Sociales estaba embarazada, por la licencia de maternidad debido a que se acercaba el partido, quien tomó su puesto nos habló de ese tema.
—No deben olvidar, —explicaba mientras hacia mover la tiza blanca en el tablero con agilidad —que actualmente la información que llega a nuestros oídos ya que los medios de comunicación se han extendido como un virus por el mundo; no es del todo cierta.
Ese comentario despertó la curiosidad del estudiantado. Incluyéndome.
—Pero, ¿Como esta tan seguro?—intervino de repente una voz masculina. Era bajito, gordito y se veía que la camiseta no era de su talla.
Varias manos volaron al aire para refutar en contra de esa suposición. El rostro del profesor se iluminó como una lámpara de Navidad, quería emplear un debate y lo consiguió.
—Los reporteros aseguran que la información obtenida es evidente.
—Graban los sucesos y a parte existe un periodista.
—Muchos de los que aparecen Concluyen con páginas Web acertando en su teoría.
Permanecí en mi lugar resolviendo esas preguntas por mi cuenta, pero fuí interrumpido.
—Jung Ho-Seok —deletreo mi nombre sin desvanecer su alegría —, Puede por favor explicarle a los demás compañeros el por que exactamente es que los medios no dicen toda la historia.—añadio como una orden.
Tuve miedo de equivocarme.
Desaloje mi lugar parandome a petición para que todos oyeran.
—Sabemos que hay camaras, reporteros y periodistas. Pero no sabemos si realmente las víctimas fueron víctimas; o si los asesinos son realmente asesinos. Todo. Se reduce a un por ciento de audiencia que este satisfecha, eso logrado, creename que el público restante se dejara llevar si hablan. La rigurosidad y veracidad es relativa, pero. ¿Como puede serlo si nos brindan una sola corriente? Parece imposible, no conviene saber lo ciertamente real. Por mucho que lo nieguen la víctima es un victimario y el asesino una víctima—Comienzo advirtiendo la mirada afirmativa del maestro—, no podemos creer en otra cosa por que eso es lo que venden.
Puede que una mujer se haya suicidado lanzándose por la ventana, hay huellas, cámaras, periodistas e incluso testigos. Todos dicen que si, pero resulta que él dinero puede manipular la evidencia, resulta que la mujer era golpeada por su esposo siendo lanzada en un ataque de celos; nunca lo sabremos, eso es lo que vemos y creemos—. Terminó mi discurso sin perder más tiempo, logró volver a mi asiento rápidamente. Un aire de satisfacción rodea la atmósfera como aurora Sur polar.
Los aplausos se levantan en devoción. El mismo profesor de reemplazo lo hace.
—Exactamente Joven. —Añade al bullicio.
Y es lo que pasa ahora.
—Una mujer que iba acompañado de sus dos hijos al cine, ha sido brutalmente amenazada por su expareja sentimental. Él hombre quien antes de que ellos llegaran saco un arma Calibre 22 y disparó, afirma no recordar lo sucedido. En su lugar fue una joven de 17 años la que recibió el impacto, una ambulancia llegó al lugar, en estos momento paramédicos tratan de salvarle la vida.
Hago una mueca al ver las imágenes del incidente.
—Es increíble la maldad del hombre.
Percibí que la voz era de mi acompañante, el señor Kim ahora parecía que si prestaba atención al reportaje.
Lo deje solo, camine hacía el corredor por donde antes se dirigieron Suga y la señora Kim.
Puede que estemos devastados con la noticia, pero no somos quienes cargamos con el problema, ese es Tae; y no me imagino que pasará por su cabeza cuando se entere.
Sin llamar gire el pomo de la puerta.
Los presentes atendieron a mi acción.
—Hola, ¿Se puede? —fueron las escasas frases que de mi boca salieron.
Kim embozo una máscara de dientes al verme.
—Pero claro que si, pasa. —Intervino la señora Kim colocando a su lado una silla.
Mis zapatillas se movían por la suela del mármol hasta acercarme los suficiente.
Parecía un tímido chico que toma ventaja de la situación para decirle a la joven que le gusta lo bien que se ve.
—Hablabamos con Yoongi la probabilidad de que estudie desde la casa —Me puso al tanto.
—Mamá te dije que sí, hace cinco minutos —Comentó el nombrado.
—Entonces ya le dijeron que.... —Me atreví a preguntar.
—Si, tengo Leucemia —interrumpió Tae.
No se veía afectado, de hecho hablaba como si se tratará de una tos. Asi fueron los primeros días, cuando empezaron los tratamientos tan doloroso es que su perspectiva cambio.
Al principio pudo estar en la casa, luego de que comenzarán a ser más constantes sus desmayos es que se planteo la idea de que permaneciera en el hospital.
Las cosas se hicieron como bien dicho se dejaron en la habitación, Suga obtuvó un permiso para que estudiara a larga distancia; Y Mamá Kim trabajaba desde la casa. Alguna llamada del Hospital podía ser atendida en un abrir y cerrar de ojos ya que estaban siempre.
A excepción él Señor Kim siguió en su trabajo, no estaba a discusión, se requería su presencia en la empresa si o sí.
En lo que respecta a mí; visitaba todos los días el hospital después de clases. Llevaba ropa de sobra en la maleta o dejaba prendas en el Locker para salir justo cuando la jornada se acabará.
También suspendí los entrenamientos, no me arrepiento. Nunca lo haría, pero la culpa cayó sobre mis hombros.
Tome la última práctica como una oportunidad de dejar el equipo, faltaban 5 días para enfrentarnos con Beijing 4, era consiente de el Giro que darían las cosas, pero no dejaría a Tae solo.
—Entrenador —Llame al hombre con deportivo azul y gorra de béisbol a juego, él dejó aún lado sus anotaciones para escucharme —, quiero dejar el equipo.
Su postura cayó al suelo, intento saber la razón de mi desicion tan apresurada pero alguien más escuchó.
—¡¿Que?! —Exclamó Wong Bim.
Me di la vuelta para verlo acercarse hecho una furia hasta donde me encontraba. Al llegar me sujetó por la solapa del uniforme con fuerza.
—¿Que Diablos estas diciendo Hoseok?, ¿Por que quieres dejar el equipo, a solo ¡5 días del partido!? —explotó atrayendo su rostro al mío con violencia. Mis ojos casi se salen de sus órbitas por el acto. Traje saliva sonoramente tratando de safarme de su agarre.
—No puedo estar en el partido —solté en respuesta.
—Dime por que —Retó —Dame una valida explicación para que valga la pena dejarte ir.
—No puedo —fué lo que dije, no podía decirles que Tae tenía cáncer, no quería que lo divulgaran en el Colegio. Odiaria tener que pasar por los pasillos mientras hablan amis espaldas de que soy amigo de un chico con cancer, tampoco podía hacerle eso a mi compañero de toda la vida.
Las personas nunca soportarán la idea de que un miembro en condiciones de muerte convivía con ellos, es como estar en constante hecho de contagiarse al tocarlo.
La ignorancia abunda y crece en nosotros sin previó aviso, sería fácil si al menos se les ocurriera coger un libro. Sería Plan:
<<Lo siento, Tae tiene cancer >>, <<¿Enserio? Que horrible, he leído que es una enfermedad mortal, ¿Ya iniciaron los tratamientos? >>, <<No, pero mira que el doctor ya está tomando el caso, asi que las quimioterapias serán en cualquier momento, ese es el motivo de que me tenga que ir no puedo dejarle solo con todo esto >>, <<Pero claro que entiendo >>
Una conversación civilizada, pero en su lugar. ¿Que hay?
Rechazó.
Como si estar enfermo de cáncer, VIH, SIDA. Fuera un pecado o maldición. Sin contar que para las mujeres es sinónimo de Zorra o peor.
Las he oído llamarse así de broma, es un premio mientras no te contagies o salgas embarazada.
El gigante con cabello bien peinado y cortado insiste.
—¡Pero dame una razón!
—Eso es algo que debo hablar con el entrenador, no con ustedes—hable calmadamente.
—Por favor Ho-Seok, dime el motivó, guardaremos discreción, además son un equipo —Intervino el entrenador.
Aprete los dientes, sintiendo un fuego por dentro.
—Disculpe, pero eso se lo comentaré a usted en persona. —fue mi última palabra, salí hacia los vestidores ignorando mi nombre que era reclamado por los demás jugadores.
El secreto lo mantuve bajo candado, pero en venganza Wong Bim mando a seguirme, no Aceptaba el hecho de perder, y era justo lo que pasaría si yo me salía del equipo.
A todas partes un hombre de mediana edad me seguía.
Trate de burlarlo, fue imposible, opte por no comentar nada cerca de él que revelara algo prometedor.
¿Como entonces se dieron cuenta?
Fue hablando con el entrenador.
Camine a paso rápido luego de 3 días más ser seguido hasta el baño, en el Colegio no podía entrar, así que era un momento de paz.
—¿Ahora si me lo dirás?
El tono sarcástico me detuvo a medio paso.
—Ya te dije, no puedo. Es algo personal —Con esa respuesta lo deje hablando solo retomando mi camino.
Llegue a la Sala de profesores cruzando los dedos de que ahí estuviera Mr Lee.
—Debo explicarle el motivo de mi petición —pedí reiterativamente al verlo sentando en una esquina del Salón con su inigualable gorra.
La plática fue sencilla.
Aceptó señalando una silla frente a él, entre pero olvide cerrar la puerta. Talvez ese fue mi error. No. Lo fue.
—¿Que es lo que pasa? ¿Por que depronto estando tan cerca del partido quieres dejarlo todo? Tengo muchas expectativas en tí y lo sabes—Habló primero con un Tono de decepción. Baje la mirada por el comentario, era cierto, dolia escucharlo. Pero estaba decidido.
—Lamento hacerles esto, pero es delicada la situación de mi familia... Verá... —Comencé a explicarle.
—Entiendo —fue su respuesta después de que me explique con detalles.
—Entiende, ¿Y? —Aventuró haciendo un gesto de (¿Y ahora?) con las manos.
—No le diré a nadie, colocare en tu expediente que no dejaste el equipo, solo tendrás un tiempo hasta que las cosas se solucionen, podrás volver cuando quieras solo si estas seguro ¿de acuerdo?
Añadió una sonrisa contagiandome también.
Le agradecí mil veces.
Significaba que lograría estar devuelta cuando el tratamiento acabara, la alegría no duro mucho, me alise la camiseta cerrando la Sala cuando volvimos al juego.
—Así que tu amigo tiene cáncer.
El alma se me cayó a los pies. ¿Como se enteró?; ¿Acaso entró a la Sala después de mi? No, imposible, estuve todo el tiempo. Caí en cuenta de algo, mire en dirección a la puerta, estuvo abierta, debió haber escuchado cuando se lo conte al entrenador.
—Ese no es tu asunto. —murmure entre dientes.
—¿Que dices? Claro que es mi asunto no perder —se puso frente a mí para que lo mirara a los ojos. Tan importante es ganar el partido, tan esencial es ganar que si es necesario pones en riesgo la integridad de quienes conoces para lograrlo.
—Mira, no quiero hablar contigo de esto, pero sin Isistes lo haré.... Taehyung tiene cáncer y podría morir, tengo que estat con él por que no pienso dejarlo sólo, Ya hasta me canse de tanto repetirlo. — defenderia mi desicion a muerte.
Wong Bim me colocó una mano en la cara.
—Pero ¿que tienes que hacer tu ahí? , tu no eres quien está padeciendo de Leucemia.
Oh no, no lo dijiste.
Mis manos fueron a su pecho empujandolo hacia el suelo, su cuerpo se estrelló tomándolo por sorpresa, trato de levantarse pero yo estaba encima de él golpeando su cara.
La rabia se apoderó de mi visión impidiendo que captará sus reflejos.
Alzó una rodilla golpeandome la entrepierna, un dolor agudo detuvo los ataques. Wong Bim aprovechó ese frágil segundo que dejé a fuga para hacerme sangrar mi pómulo izquierdo.
Ordene los movimientos que hacía en mi memoria, protegiendo mi delantera, recibí un golpe en el antebrazo derecho para luego darle una patada en las costillas.
No tardamos en tener público, un líquido rojo corría a chorros por su labio inferior y ceja derecha, yo tenia un ematoma en el pómulo y en la barbilla.
Múltiples heridas en los costados, espalda, cuerpo entero.
A tirones la ropa que nos cubría estaba hecha pedazos.
Nuestra disputa solo se terminó hasta que la directora llegó.
—Es el colmo, esperarme esto de dos estudiantes de 8vo grado que además representan al colegio en deportes, esto provocara una suspensión de tres días junto a una acta que deberán firmas sus padres.
Llegamos a la dirección casi por las orejas, ambos estábamos hechos una pena, no puse queja, en su lugar acepte la culpa.
Trataron de llamar a mis padres pero les dije que estaban trabajando, fui a la enfermería escuchando las quejas de mi rival.
—Pero si ha sido él quien me atacó primero.... — bla bla bla.
No me apetecía saber que más decía.
Era una falta de disciplina, pero algo bueno salió de todo ésto. Esos tres días enteros podía estar con Tae.










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