top of page

Our Recent Posts

Tags

Kim #44

  • Foto del escritor: Mellower Fanatic
    Mellower Fanatic
  • 17 nov 2018
  • 13 Min. de lectura

El festejo duro un poco, mantuve una sonrisa y alegría palpables ante todos los invitados, entre los cuatro (Seok-Jin, Hoseok, Suga y yo) debíamos hacer como si nada,  la verdad era que cuando todo se acabara vendría una larga charla. Me presente ante los familiares de mi amigo no conocidos, incluso Nam-Joon estaba en medio de la celebración. ¿Por que no había vuelto? Si ya J-Hope estaba aquí,  se suponía que de igual Forma él,  ¿cierto? Los tres años transcurridos permitidos habían acabado.  La señora Jung tan amable como siempre me ofreció pastel, esta vez si podía comer dulce, todos reian y contaban chistes entre ellos,  la Sala llena de carcajadas mientras yo Luchaba con la dualidad dentro de mí que forcejeaba al estar ahí; me hizo darme cuenta de una cosa:  Nadie sabe lo de Nadie. Si miras bien cuando vas caminando por la calle, los rostro que se te atraviesan descifran problemas o alegría. Sin saberlo alguien puede estar queriendo morir a solo unas calles más,  alguien puede haberse enterado de que va ser madre o padre y tu no puedes enterarte. Ayudar a alguien se hace realidad si ese alguien comparte su burbuja creciente. No puedes escribir un libro sin antes decirte a ti mismo de que va a tratar. Deje la rebanada de pastel sobre una mesa de vidrio pequeña y salí al Ante-jardin donde horas antes hice las paces con mí hermano. En medio de los truenos hay luz, quiere decir que incluso la belleza brota de un desastre natural. Unos pasos se acercaron sigilosamente hasta llegar a mí lado, de reojo note la barbilla de Hoseok. —Hoy la tarde es hermosa— comentó mirando en dirección donde mis ojos se encontraban. —Así es—. Estube deacuerdo, nos surmergimos en una atmósfera pacífica, necesitaba su presencia por unos instantes para nunca dejar de recordar su aroma. —¿Que haces aquí? —preguntó depronto bebiendo una última gota de gaseosa que traía vertida en su vaso. —¿A que te refieres? —Bueno... —vaciló un momento —, se de antemano tu llegada. —¿Como? Soltó una risa nerviosa. —Si,  Seok-Jin no es muy discreto cuando se trata de sorpresas y esas cosas,  lo escuche hablar con Suga por teléfono así que lo deduje—confesó. —Ya veo,  la verdad es siempre... —alargue las palabras —; Vine a disculparme. —¿Por? — pretendió no saber caminando hasta un basurero, depósito su vaso vacío y regresó a donde me encontraba—. ¿Por que viniste a disculparte Tae? Metí las manos en los bolsillos delanteros del pantalón, resignandome a su evidente enojo por presentarme en su casa sin merecerlo.  —Por haber llegado Tarde al aeropuerto. La suela de sus zapatos hizo eco en el césped al retroceder unos centímetros. —Acaso tú...¿Fuiste? —titubeo poniendo más distancia entró ambos. —Si,  es verdad —interrumpió Suga saliendo de la casa. Jin le siguió. —Yo lo acompañe,  pero cuando llegamos un Guardia nos dijo que el avión ya estaba listo para despegar y no tuvimos opción —añadió mirándome, mi entre cejó se suavizó dándole las gracias. —El chico estuvo gritando tu nombre hasta desmayarse— Esta vez fue Suga. —Te espere en la Sala hasta que anuciaron mi vuelo,  creí que nunca te volvería a ver. Me acerque sacando las manos de su refugio. —Perdoname enserio, pero hice todo lo que pude. J-Hope lloraba en silencio desviando su mirada de todos. —Siempre pensé...—sacudió su cabeza alejando la lluvia — Dame un abrazo. Inesperadamente me inmovilizó los hombros, se volvió más alto que yo así que mi cara da en su pecho y el me ahoga sin compasión, pero era feliz.  —A todo esto,  ¿Que haces es Seúl? —quiso saber luego de soltarme,  le pedí con la mano un instante para recuperar el aire. —Estoy viviendo aquí. —¿Enserio? ¿Y por que? Mire a Suga pero me salte esta parte. —Jungkook—fue todo lo que dije,  y como mi buen amigo lo entendió. —Vaya, Vaya—admitió sonriendo. —¿Tu por que estas aquí? ¿No vives en Busán? —Pues yo tanbien creía eso antes de venir,  pero llame a mis padres una semana antes para decirles enterandome de que se mudaron a Seúl hace un años debido a la Universidad de Nam-Joon y también por que toda mi familia esta en Seúl—explicó señalandolo, seguí su dedo viéndolo hablar con la señora Jung. —Es hermano de Mike Pence —hable recordandolo lo dicho por Suga en el auto. —¿Como sabes eso? —dijo asombrado mi amigo de cabello naranja, ¿Enserio nunca se le ocurrió quitárselo? Eso le da aún más personalidad.  —Pues Yoongi me lo adelanto en el camino; Oye,  ¿Él no tendría que volver ya que el plazo de tres años se acabó? Lo ví morderse la mejilla por dentro. —Si,  pero tiene problemas personales que afrontar justo en estos momentos. Se encogió de hombros obligandome a callar, si lo dice debe ser cierto. Mantuvimos una conversación de viejos amigos. Pareciera que el tiempo nunca paso. Seok-Jin recibió una llamada de su parte al igual que Suga y por eso llegaron a Seúl para avisarme. Eran las 4:00 Pm según las manecillas viajaban en la circunferencia del Gran reloj colgado enmedio de la Sala. Después de haber hablado entre nosotros entramos para incluirnos en las historias que el tío de J-Hope contaba y a todos hacía reír, al parecer la señora Jung les pidió a todos que nos respetaran unos minutos ya que nadie se atrevió a salir e interrumpir nuestra reunión colegial. Una vez J-Hope se hubo sentado la atención se centró a su alrededor. —Dime,  ¿Que tantos hiciste en California Amor? —le preguntó una de las chicas que habían,  se llamaba Jung Shy Hye, era muy bonita,  y hasta llegue a escuchar,  siempre trataba a Hoseok de Amor o Cariño debido a un gran Amor de niños nunca confesado. ¿Se Imaginan? Reprimí una risa cuando al nombrado casi se le cae un pedazo de torta por el apodo. —Ay si cuéntanos —Insistió saliendo de la cocina la Tía Jung con galletas recién horneadas. La festividad era con todos los juguetes, mientras el hablaba a escondidas me comí como diez. —Pues no mucho,  la verdad era que me dedique a estudiar y sacar buenas notas—respondió el sonrojandose depronto. Un chico más joven, prácticamente de 16 años se sentó en el sillón cerca de él. —A mí no me engañas Casanovas, conociste a alguien. ¿Quien fue? Ahora era un tomate completo. —Dinos. —Si, cuéntanos. —Sobrino habla. —Mi Nieto es un modelo,  claro que debió conocer a alguien. Comenzaron todos a hacer orna para hacerlo hablar. —Bueno si,  se llama Samanta —confesó. En ese momento Nam-Joon dejó caer su vaso de porcelana China que la señora Jung había sacada por la ocasión. La acción dejó todo el lugar callado de golpe. —¿Estas bien Nam?— se acercó rápidamente el chico de la pregunta. Estaba totalmente pasmado. La tía Jung paso su manos varias veces cerca de sus ojos hasta hacerlo parpadear, al ver el desastre se arrodilló para recogerlo. —Dejalo ahí cariño —llegó la señora Jung con una escoba y recoger —podrías lastimarte. En comapañia de Jung Par levantaron las piezas dejando el lugar como nuevo. Note un destello en sus Iris totalmente nuevo. ¿Conocía Nam-Joon a esa chica Samanta? Ambos vivían en California y lo más probable era que también en el mismo colegio. Si Mike era su hermano y J-Hope fue a parar en su casa entonces algún tipo de relación se avecinaba como vendabal navideño. Hoseok conoció ese nombre con solo saber de Mike, la probabilidad era 90% acertada. —Disculpen,  debo hacer una mañana —resonó su voz saliendo de la casa sin mirar a nadie. —Ese chico es raro—comentó el Abuelo Jung acomodandose lo gruesos lentes sobre el puente de la nariz. —No digas eso abuelo, talvez recordó algo que no quería —lo defendió la tía Jung. —Entonces esa Tal Samanta ¿es Bonita? —llegó de nuevo el chico acomodandose en el espacio dejado hace un momento por ir a ver a Nam-Joon. Mientras todos reían, con un gesto Hoseok le dijo que si. —¿Que clase de comida comiste? ¿Si sabe Rico? Olvidado lo ocurrido con la taza de Té, volvio Hoseok a ser el centro de atenció. —Pues haber,  de ser Rica, es deliciosa... Había de todo, la señora Pence cocinaba riquísimo... —¿Mas que yo? —salió a la defensa de su culinariedad la señora Jung. —Nunca —se apresuró a contestar — tu eres sin igual madre. —Más te vale o te devuelvo —lo amenazó con la escoba riendo. —Con lo que si luche fue el horario,  nunca lograba quedarme dormido cuando era, ni mucho menos despertar si la alarma sonaba. —Ya me lo imagino, el pobre de Nam-Joon estaba en las mismas. Confeso la señora Jung. Ahora recuerdo que la primera de mi visita tenía ojeras, tampoco estaba acostumbrado a la rotación de los soles del cielo en sus órbitas precisamente en esta parte del mundo. Me pregunto que se sentirá estar en esa situación. —Los ojos se te cierran cuando todos están despiertos y están alertas cuando todos ya duermen —se quejó sobandoselos distraídamente. —Debió ser fastidioso—habló Jin sentado en el suelo cerca del chico. —Creeme que lo fue. —¿A que hora saliste de California? —preguntó de nuevo. —Pues creo que a las 5 de la mañana el día de ayer. —¡¿Para llegar hoy?! ¿Pues cuantas horas son? —intervino el abuelo Jung. —18 horas —respondió Suga detrás mío. —Pero entonces no tendrías que demorarte mucho. —No, pero el vuelo de atraso debido a una tormenta eléctrica e hice trasbordo en ciertas ciudades llegando—confirmó. A pesar de ese viaje de veía radiante. —Parece toda una expercienia Primo—lo codeó el chico. —Así es Min-Hyuk. —Traigo mas Té pues veo que se lo acabaron—nos aviso la señora Jung con un trapo en las manos dispuesta a limpiar las migajas sueltas. —Déjeme ayudarle —me ofrecí. —Como siempre todo un caballero Tae,  gracias. —No es nada. Me incline debido a la altura del cristal, la tale paso de sus manos con toda una historia por contar a las mías. No es un error que exista un día celebre para las mujeres guerreras que traen vida al mundo. Un relámpago lleno de fotos atravesó mi mente allegada con esos sucesos. Mi madre. Dia de las madres Baje somnoliento ya que la noche anterior me acosté tarde, trate de hacer algo con las bolsas moradas que traía pintadas en la cara para evitar que mi madre me regañara. Pero cuando me asome estaba sentaba, ella siempre permanecía en la cocina. Sin decir mentiras,  un día pensé en comprarle una tienda de campaña para instalarla ahídentro. —Buen día hijo mío —saludo ojeando una revista, dijo ojeando por que se la pasaba mirando media página y de resto en dirección al pasillo que lleva a la cocina. —¿Sucede algo? —pregunte notando sus movimientos oculares. —No nada, ¿Por que? —Solo curiosidad —respondo sentándome frente a ella. Escuche el sonido de una olla caer al suelo seguido de un grito "¡Maldicion!" Sin decir una palabra igual a un rayo la señora Kim corrió en dirección del ruido. La seguí llegando después, Suga estaba con un carten en una mano y unos Huevos medio fritos en ella; en el suelo yacía la olla que había caído acompañada de agua caliente. —Alto ahí—me detuvo una delicada mano justo en el pecho cuando estaba por pasar al campo de guerra lleno de agua caliente, y si, estaba descalzo. Por ese motivo no podía pasar, mi madre que traía sus sandalias moradas llegó hasta donde Suga malabareaba con los huevos tratando de no pisar el agua hirviendo. También estaba descalzo. La preocupación de mi madre era precisamente que alguien más estaba en la cocina preparando el desayuno.  —Dejame ayudarte, tu ve a prepararte para no llegar tarde al colegio, ya estas terminando,  ¿No es así? Trajo consigo un trapedor para reemplazar el calor de la baldosa. —Si,  pero madre,  Hoy es tu día especial—resoplo mi hermano apoyando el pies flotante una vez fue removida el agua. ¿Dia especial? ¿De que estaba hablando? Comencé a hacer cuentas con los dedos de la mano y no, no era su cumpleaños. ¿A que se refería Yoongi? —Nada de eso es importante como para que tu termines quemado, mejor vayan rápido a cambiarse —insistió sacandolo de la cocina usando su fuerza. —Pero... —Nada de pero, Tae, por favor saca a tu hermano de mi Palacio. —Esta bien,  vamos Suga—. A tirones me lo lleve de ahí, mi madre suele llamar Palacio a su adorada Cocina. Como regalo de bodas mi Abuelo Kim antes de morir le regalo una cocina enorme, a pesar de su trabajo como vendedora de casas ella logra sacar tiempo para cocinarnos toda clase de cosas al señor Kim, Min Yoongi y Kim Taehyung. Tampoco nos quejamos al respecto,  tiene todo lo necesario para montar un restaurante si quisiera.  —Buen día a la mejor esposa del mundo —Chocamo levemente con el Esposo cuando estabamos por subir las escaleras—¿Que sucedió? —se percató del desorden hecho por el chico de apenas 15 años, (Faltaban unos meses para llegar al hospital,  aun disfrutaba de mi vida sin tener idea de lo que me aguardaba si cruzaba la avenida más cercana.  —Querido—; se apresuró la señora Kim en saludarlo como todas las mañanas antes del trabajo —Buen día, ¿Esto? No es nada, solo que Yoongi tuvo un percance con algunas ollas —los escuchamos hablar cada vez más ausentes debido a lo lejos que estaban mis oídos para traducirselo a Suga por los persistentes <<¿Que dicen? >>, <<No oigo>> —Ay vamos —términe escoltandolo hasta su pieza. Entre a la mía para ponerme el uniforme. Cuando acabe desayunamos todo normalmente olvidando el incidente pasado. La cara de mi hermano se notaba avergonzada pero ¿Por que? Otras veces que sucedía algo similar conmigo o con papá nunca se ponía así. (—Pero, hoy es tu día especial) Deje de masticar repasando esas letras juntas formando una oración concreta, pero por más que intentara no entendía su reacción. Lo pase por alto pasando al lavamanos. Nos despedimos a tiempo, abrí la puerta y J-Hope estaba llegando. —¿Que tal tu mañana enano? —Todo bien, excepto que Suga trato de preparar el desayuno. —¡Wow! Eso si esta raro —concordó conmigo. —Ja ja ja sigan burlándose, solo quise tener un detalle con la persona que me dio vida —. Se apuntó a la charla cerrando la puerta trasera de sí. Ok, cada vez estaba más confundido. Volví a hacer cuentas y estaba seguro de que hoy no era su cumpleaños. Suga siguió de largo ya que el no estudiaba con nosotros, tenía que recorrer unas cuadras más, se inscribió en una de superdotados. Con eso de que ya tiene aseguradas unas clases en la Universidad pero debe obtener el certificado de grado 11 a la misma edad que todos le atrasa las fechas, pero sigue esforzándose. Junto a mi mejor amigo revisamos los horarios correspondientes, otra vez no coincidiamos. Camine sin mucho ánimos hacia el Salón, tenía Artística como primera, usabamos los de Danza; pero al llegar no había nadie. —Señor Kim —Diga —atendí al llamado de un profesor. —¿Tiene clase ahora? —Así és. —Permítame informarle que sus compañeros están en el aula de Taller. —¿Por que? —Así lo ha pedido la Maestra Shoi Gy—aclaró —Gracias. Salí a tiempo que otro grado se preparaba para una partida de Volley Ball. Debería quedarme a verlo, no es que me apeteciera mucho el Arte en particular. Llegue al Salón dictado y efectivamente todos se encontraba ahí. Transcurrieron unos minutos, por ende la maestra ya había iniciado cuando me senté. —Disculpe, no sabía dónde debíamos ir —le conte el motivo de mi tardanza cuando me pregunto. —Esta bueno, Bueno le decía a tus compañeros que el día de hoy haremos algo en honor al día de las madres. ¿Que? ¿Era hoy? Siempre tengo anotadas estas fechas, cuando ví el calendario esta mañana no se encontraba nada representativo apuntado. ( —El día de las madre es dentro de dos semanas, por favor no lo vayas a olvidar, pienso prepararle algo a la hora del desayuno y necesito tu ayuda, de lo contrario terminara por ser desastroso. —Cuenta con ello hermano, es más, ahora mismo lo anoto en la agenda del celular) Saque el móvil del pantalón avanzando rápidamente entre las aplicaciones que tenía, ¡Bingo! Encontré la de Agenda, efectivamente, ahí estaba escrito el vocablo día de las madres. Por ese motivo Suga no pude preparar el desayuno, necesitaba de mi ayuda. Al permanecer más tiempo en la casa tenía el talento de mi madre en la cocina. Debido a sus estudios hasta la noche no conocía bien cuando tiempo se debían dejar los huevos para no quedarle crudos. Había arruinado el plan. —Que gran hijo soy—me queje de mi mismo dejando caer le cabeza en la mesa. —Kim, necesitamos que se prepare para hacerle algo a su madre —se plantó la profesora acercándose a cada uno de sus estudiantes ayudándoles con ideas. ¿Pero que podía hacer? Es difícil regalarle algo a alguien, nunca sabrás si le pueda servir o gustar. Una chica a mí lado desde el interior de su maleta saco un Quit de maquillaje, pero dentro habían toda clase de accesorios para crear pulseras, aretes, tobilleras etc. A mi madre siempre le gusta tener todo tipo de aderezos en su cuerpo como resultado del trabajo que emplea. —¿Puedo hacerme contigo? Quiero hacerle a mi madre una pulsera— le pregunte arrastrando mi asiento hasta hacerme a su lado. —Claro, traje muchas perlas de todos los colores, yo te ayudaré a hacerla—respondió mostrandome como empezar. Una hora más tarde, después de miles reprimendas ya que estaba amontonando sin fijarme los tamaños, Lee Hi (Así se llama) le dio unos últimos toques con unas pinzas especiales dejándola perfecta. —Muchas gracias por ayudarme. —No hay de que, te quedó muy bonita, buen trabajo. —¡Listo Chicos! Se ha acabado el tiempo, es hora de mostrar sus ideas realizadas —anunció la maestra. Se oyeron protestas de quienes no había complementado todavía su proyecto, como también jubiló por quienes si logramos concluirlo. Terminada la jornada camine junto a J-Hope de regreso, esta vez Suga no podía pasar por nosotros. Le enseñe la pulsera. —Seguro quedará encantada—admitió devolviendomela. —¿Tu que les ha hecho? —Esto.— en una bolsa decorada, había hecho de yeso un gato egipcio, perfectamente pintado y seco. A su lado mi pulsera ers algo pequeña. —No te aconjones, nuestras madres son distintas, sabes que la mía es exótica; le encantan este tipo de artículos, lo hice usando arcilla. En cambio la tuya es más sencilla, por eso te aclaro. Estaba encantada. Sonreí por sus ánimos. —Bueno. La única forma de saberlo es entrar— advertí cuando llegamos al cruce, el tomó un desvío a mano derecha en tanto yo seguí derecho. Como lo supe, al llegar estaba en la cocina, siempre llega una hora antes para tener listo el almuerzo. —Feliz día de las madres —fue lo primero que salió de mis labios cuando ví su delicado cuerpo cubierto de un delantal nuevo seguramente obsequio de mi padre. Dejó a un lado la pasta que devolvía y me miro con los ojos aguados. Con los brazos dispuesto me envolvió bajo su pecho dejándome aspirar su aroma a brisa de primavera que usaba con frecuencia. —Ten—le ofrecí mi proyecto de Arte. Ella lo observo maravillada. —Es hermosa— confesó poniéndosela—, y me queda perfecta. —Te ayudó—la acompañe terminado de Freir las cochas de pasta con tomate. Suga llegó con un ramo de Rosas. El señor Kim le compró un vestido que hacía unos meses quería obtener. —El mejor regalo es su amor— habló entre lágrimas aquella mujer que lo merecía todo. Una de las razones donde despierto deseando volver es ella. Todo unidos me hace pensar en sus mejillas comprendidas en una inmensa sonrisa cada vez que nos veía llegar a casa o comernos todo lo preparado. Quise llamarla, pero algo me impedía emprender los movimientos necesarios. La señora Jung me paso una bolsa para deportistas en ella los restos de galleta. —La cena ya está servida por favor pasen al comedor—informó usando ambas manos como micrófono la tía Jung. —Que bueno por que estaba rigiendo mi estómago —dijo aliviado el abuelo Jung. —¿La comida tan pronto? — intervine levantándome en un segundo con la Bolsa de las mijalas—.¿Que hora son? —Las 8:00 Pm, han pasado 4 horas —contestó ya sentado Jin mirando el reloj de la Sala justo detrás mío. —¿Tienes algo que hacer? —Quiso saber Hoseok mirándome confundido. —Pues, deje a un famoso música en la casa, solo y hambriento— objete comenzado a despedirme de todos. —¡Gracias por todo, los veré luego! —¡Adios Tae! —No creo que tenga tiempo de preparar algo, —hable entre murmullos cuando hube parado en un semáforo rojo. —Compraré algo —me decidí finalmente pasando por un restaurante.  


 
 
 

Comentarios


bottom of page