Chügt Imperial #46
- Mellower Fanatic

- 20 nov 2018
- 13 Min. de lectura
Una larga cabellera color castaño se detuvo frente a un poste cerca de la carretera, saco una envoltura en forma de tubo que traía en una cartera negra cerca a su cintura desplegadola sobre la superficie lisa del cemento, se aseguró de pasar delicadamente un poco de pegamento en las esquinas con una brocha delgada.
Una voz sonó por el Intercomunicador puesto en su oreja apaciguando la lista de música aleatoria que había comenzado a reproducir.
—¿Todo listo?
Ella presionó un ship justo encima del oído para responder.
—Afirmativo— corroboro dando unos últimos trazos más — el concierto de Jungkook en Busán ya ha sido publicado.
En ese momento una ola de chicos y chicas fans del joven comenzaron a murmurar exaltando la noticia.
—Con permiso — pidió amablemente tratando de salir para seguir pegando los afiches.
—Aquí dice que un autobús saldrá mañana temprano—anunció una de las chicas.
—¡Que emoción! Obviamente tenemos que ir.
—Su música es increíble—opinaron un rato más.
—Por favor se les solicita a los estudiantes ingresar a las aulas— se forzaron las regas de los altavoces en cada esquina del Instituto, el director decidio pararse en la entrada pasando lista de quienes entraban para no dejar a nadie por fuera.
Un par de prendas singulares se dirigía hacía la fila de su grado para entrar, dio un salto para acomodarse la maleta en ambos hombros ejerciendo presión de no resbalarsele de nuevo.
—Esto es difícil —parecía quejarse hablando entre susurros,— un ojo atado al cuello de una serpiente que descansa viajando por la vida y muerte, mientras el otro ansiosamente escarvaba un túnel de realidad.
Seguía mirando al suelo enmedio de sus pensamientos torvoso cuando en acto reflejo alzó la vista percibiendo el anunció; decidio apreciarlo soltando un silbido.
—Vaya, esto es perfecto, mi querido Kookie estara en Busán dentro de dos días, podré visitarlas.
—¿A quien vas a visitar?
Irrumpió su nombrado amigo.
Oh no
—Este... Nada en específico, pensaba visitar al nuevo de la tienda que ví el mes pasado.
—¿Te refieres al de los videojuegos?
—¡Exacto! — concordó aliviado.
Él músico noto en su voz cierto desconcierto pero siguió nadando por el horizonte.
—¡Jungkook! ¡Jimin! ¡Estan pasando a lista! —atrapo su atención con una red gigantesca el (nos colocarán reporte) accionando en ellos el botón de soldados.
—Apurate —lo afano Jungkook alandolo de una manga que traía el buso sobre su costado para llegar a tiempo.
—¿Jeon Jung-Kook? —se movían con elegancia los pasos del grado, a tiempo el jóven logró decir (Presente)
—¿Park Ji-Min?
—Presente —pronunció alzándose un poco sobre los talones para alcanzar a tocar la vista superficial del profesor.
—Casi que no me ve—exaltó volviendo a su lugar.
—Quien te manda a ser tan pequeño.
—¡Callate!
No era una novedad su presentación en Busán; pero será mi oportunidad.
Dentro de 48 horas veré a mi madre.
Se pasaron volando, no hubieron noches para mis lucidos ojos, me encontraba a solo unos pasos de que la camioneta de los señores Jung pasaran por mí.
—¿Tienes todo listo? —preguntó el guardián del mayor secreto entrando a la habitación donde empacaba unos aparatos y ropa mientras duraba el momento.
—Si—fue mi única respuesta.
—Hace un par de meses he notado distancia entre los dos.
¿Por que será?
En lugar de decir algo como eso; aliviane la postura firme emprendida encusanto entró.
—Nada de eso, parece ser que últimamente he tenido muchos trabajos en clases, estoy un poco estresado.
Trataba sacar fuera el tema del ambiente, no quería sentirme culpable por decir algo transgerico cuando él no tuvo remordimiento al mentirme 14 años.
Un sonido constante se escucho fuera de la casa.
—¡Son ellos! —proferi animadamente dándole un abrazo fugas para ir tras ellos.
La puerta corrediza ya estaba abierta cuando llegué.
—Hola Jimin —me saludo la señora Jung.
—Buen día señora.
—Hola hermano —saludo Jungkook.
Chocamos las 5 infaltilmente emprendiendo el viaje a Busán.
Por la ventaja en el asiento trasero que ocupaba observé a un hombre ver partir el auto desde la alcoba donde dormía.
—He compuesto unas canciones increibles—hablaba mi amigo sin parar, por mucho que prestará atención a mitad de frases perdía total interés.
Sonreía Jimin sin gracia cruzando lares no deciertos pero nuevos para él, quisiera tener fuerza de voluntad más sin intención su piel se rompía sangrando ilimitadamente.
Dedicado a sujetar las piezas de otro para completarse, ahora que se sentía nuevo actuaba a escondidas.
Pararon en algunos lugares favoritos de la familia para comprar combustible y comida.
—¿Quieres? —le ofreció el pelinegro un paquete lleno con papas fritas, aun así prefirió negar moviendo su cabello a ambos lados del cuello.
Llegaron antes que el equipo organizador.
Jungkook insistió respecto a su piano.
—¿Y si le pasa algo?
—Claro que no, lo cubrimos bien con plástico—. Nos acercabamos varias veces a la esquina del cruce donde las farolas de la compañia debían asomarse, pero ya había pasado una hora sin señales.
—Si llega a tener una diminuta línea entonces habrán problemas.
—Que no— intervine mirando de nuevo.
Tenía intenciones de irme en esa misma oportunidad pero no sería justo.
Me gustarían que parecieran a favor mío más aún así por ende y ética profesional debía perturbar mi mente hasta el otro día.
Al final llegó.
Jungkook pidió explicaciones pero yo no era parte de su drama.
Saque las maletas de mi ropa llevándolas al camerino, dentro de poco iríamos a un hotel como siempre, el espacio era inmenso, me senté en medio de todo el Auditorio imaginandolo tocar dentro de pocos Intervalos del tiempo.
Tenía puesta una gorra negra, obsequio de mi padre cuando gane la medalla de oro en atletismo, siempre había querido una, fue su recompensa.
Práctica e irresponsablemente, pase los días contando el dinero de la alcancía para comprarle a mi madre un dige en forma de corazón. Dentro cabía una foto de nosotros.
Así que esa misma mañana no pensé en muchas opciones de ropa, tenía puesto un buso de color negro pero con rayas Rojas en la parte de atrás, junto a un pantalón negro rasgado en las rodillas.
Me ajuste la gorra soñando despierto.
Sonaron melodías antes escuchadas haciendo eco por el lugar, nada estaba conectado pero yo si me sentía dentro del solfeo producido por las cuerdas imaginarias del piano.
—Es una grata vista — ensordecio la canción una voz que deduje aún con los ojos cerrados.
No busque localizarlo ya que se acercaba cada vez más a donde me encontraba sentado como indio.
Kookie apoyo una mano en el mármol para sostenerse, estiró las piernas acompañando un pequeño oasis del delirio creado por error atmosférico sobre mí.
—Gracias por apoyarme Jimin — añadió posando una mejilla sobre el hombro más cercano igual que las mariposas cerca al pétalo de una flor.
Trace círculos en su cabello bajo un susurro "Eres importante para mi, siempre estaremos juntos".
Mi joven musico llevaba también un buso negro con un cartel sobre su pecho, regalo de cumpleaños por mi parte, en lugar de pantalón tenía puesta una sudadera con mismo tono sombrío.
Quiero a éste chico, y ciertamente tiene talento, vislumbre forzosamente ya que las luces automáticamente se apagaron.
—¿Eh? —quise preguntar más alguien no lo permitió.
—Enserio gracias —habló de nuevo.
—Jungkook no es nada...
Junto sus labios a los míos callando mis palabras.
¿Que estaba pasando?
Él alzó sus manos tocando mi cara mientras solo permanecía inestable, igual que una Momia; los músculos de todo el cuerpo no reaccionaban.
Unos simples toques paralizaron la sangre de mi corazón, poco a poco el aire también se evaporaba.
Aunque sólo duro 5 segundos, puedo decir que parecieron una eternidad infernal.
Al separarse miro al frente.
Tal vez mi rostro no era el mejor de todos en ese momento, había cierta atracción por ese chico. Desde la vez que lo defendí frente Hang Sung ya tenía sus movimientos calculados, lo veía pasar frente a mis clases o hacer algunas interpretaciones para todo el Colegio en días de celebración; y aún así no me atrevía a decir nada.
Hasta que ví una forma de interferir en su vida sin obtener algún rechazó, ambos éramos Buenos estudiantes y por ese motivo conviviamos más tiempo dentro del Comité de excelencia.
Ahora se aumentaban las manecillas del reloj en los calendarios con sus presentaciones.
Quería escapar hace unos breves instantes; más ahora anhelo volver a repetir las sensación de estar junto a él.
Aquella burbuja era solo de dos.
Toque levemente sus sonrojados pómulos dos veces, igual que un niño obligado esparce con una cuchara los vegetales sin apetito.
Se volvió al unísono cuando me incline uniendo de nuevo los labios de ambos al principio humildes y modestos por demostrar su afecto.
¿Eramos novios? Me pregunte apresurosamente.
¿Era eso importante?
Osaba ignorar lo mundano y vulgar que ante la vista de todos parecieramos vernos cogidos de las manos.
La felicidad llega si recordamos encender ls luz, era una frase que me gustaba mucho decir todo el tiempo; pero, ¿Queria que todos lo supieran?
Caí en una absorbente esponga con un péndulo filoso acercándose, su inmensa muralla ahogaba mis gritos igual que la lluvia a las plantas ya abastecidas de sí.
Desde tiempos inmemorables rehusaba expresarme como tal por miedo.
¿Enfrentaría todo ello por Jungkook?
Si digo la verdad no fuí valiente.
Lo impreciso de mi naturaleza fue ineludible para ocultar.
¿Parte de haberlo dejado se encamino por ese pedregoso e inexplicable sendero?
Si.
Salí de la habitación 304 antes que todos despertaran, desayune sin mucho esfuerzo o ánimos aparentes.
Luego de eso deambule por Busán pensando en la noche anterior.
Me rendí dándome cuenta de una cosa.
Pensaba diferente, así que le debía una explicación a mi Amigó.
Por el momento el reloj portátil de un edificio marco la tarde apresurosa, así que visite a la señora Ginsberg y Park.
—Hijo, ¿Como estas? —me recibió con una sonido de lado a lado besando toda las imperfecciones expuesta a los demás por medio de una cara.
—Hola madre.
No fue difícil pronunciarlo, mi conexión creció aún con más por la distancia y fuerza de voluntad que tenía mi padre en negarme su existencia.
—¿Que haces aquí?
Note que estaba sola, después buscaría a Cristy y Ray.
—De nuevo acompañe a un amigo, pensé en visitarte, ¿Mis hermanas?
—Están en el hospital—respondió prestando atención al contenido de mis movimientos.
—Iré después—comenté.
—No te preocupes, ve antes de que regresen para comer, yo debo hacer unos informes.
—Traje esto para darte —saque el dige.
—Muchas gracias —acompaño con un abrazo.
—Puedes ponerle una foto —explique abriendo la figura, sin perder tiempo se lo colocó emocionada.
—¿Esta bien si me voy?
—Claro— declaró despidiéndose.
Sin más salí rumbo al hospital.
Antes Ray me había dicho que su tratamiento iba muy bien, me pregunto si llegare a verla sin interrumpir algo.
Tambien Cristy andaba naufragante como una carta sin destinatario por el buzón perceptible que miraba decisiva las calles movedizas frente a ella.
Contantemente mi cabeza giraba perceptiblemente rumbo fuera del mundo igual a una copia de los idealistas.
Jadeante una nube densa salió de la comisura de mis labios formando imágenes en el aire.
La fría nieve se acumulaba bloqueando el paso por algunas corrientes de trajes abrigados, los cuales pasaban a mi lado afanosos.
Con discreta caridad se dejaba caer un copo sobre las persianas vacilantes mojando todo a su paso, trataba de quitarlas antes de verlas congerlame con simplemente seguir avanzando.
Llegue al lugar cuando la ventisca comenzaba a empeorar.
En corea suelen haber dos climas peculiarmente.
Invierno o verano.
Mucho sol; mucho frío.
Un auto con los parabrisas oscuros también se asomo por la Cuesta siguiente acercándose, paso al parqueadero en lo que subía las escaleras.
Pregunte en recepción por la paciente Ray Allen Ginsberg. Su horario de visita seguía disponible.
—Toc Toc — dije tontamente asomando la cabeza.
—¡Hey!— emitió Alegrementetras reconocerme.
—Pase a verlas pero Mamá dijo que estaban aquí—explique haciéndome un espacio a su lado.
—Si, esta es la hora justa para mis tratamientos, ¿Eres amigo de Jeon Jung-kook?
Adivino.
—Si, ¿Como te enteraste?
Sonrió.
—Pues exactamente cuando apareciste, él nombrado músico también estaba presente, le pregunte a los encargados del teatro y me encontré con una de sus supervisoras confirmando mis sospechas —.
Acertó.
Contuve él aliento asintiendo.
—Si. Lo acompaño las veces necesarias que el viene a dar sus presentaciones, por cierto; ¿Y Cristy? Pensé que estaría contigo— desvíe la conversión.
—Ella está con su amiga Boom pintando.
—¿Donde?
—En la habitación... —comenzó a dudar —, la verdad no me acuerdo pero el chico de ahí se llama Kim Taehyung.
—Ah bueno, iré a preguntar—. Agregué saliendo.
—Dentro de unos minutos tendremos que irnos —aviso mientras aún no se cerraba la puerta.
—Esta bien —. Atendí sus palabras buscando a la pequeña Ginsberg.
—Disculpe —me acerqué captando la atención de una enfermera.
—Si, ¿A quien busca?
—Kim Taehyung—informe dando su nombre, parecía lógico sin preguntaba.
Ella tecleo rápidamente en el buscador con una única respuesta aparecida en pantalla.
—Si, aquí está —amablemente indicó su camino, me di cuenta que seguía un mismo pasillo.
Agradecí siguiendo las instrucciones, esperaba ver a Cristy para pintar con ella.
Pasar un rato con mis hermanas quitaba un costal de papas sobre la espalda.
Nuestros padres quieren hacer de nosotros personas con grandes carreras mintiendonos, si lo lees así oiras la controversia.
Crecemos bajo sombras gigantes de pasados que cambiaron vidas humanas aún palpitantes, caminaba prestando atención a mis propios errores cometidos en el pasado.
Los cuales han decepcionado a mi única familia conocida, desde ese día cuando llegue a Seúl de nuevo, el señor Park estaba esperando en la entrada, lo mire una vez sacudiendo repetidas veces el espíritu que había crecido a mi lado como espectro.
Fue indecoroso y humillante saberlo.
Examine minuciosamente su tejido paternal... Donde ahora yo era el decepcionado.
Pare de caminar un segundo olvidando donde estaba.
¿Era 202 o 102?
—Lo olvide— Juzgue mi memoria hueca.
Gire esquivando de imprevisto una borrosa mancha negra que pasó cerca; de reojo note una leve cabellera teñida.
Color verde.
¿De casualidad era el mismo hombre que se dirigía hacia el estacionamiento unos minutos antes?
Era posible.
¿Iriamos al mismo lugar?
También era posible.
Me arriesgue.
—¿Conoces a Kim Taehyung?
Dejó de caminar.
—Si, es mi hermano, ¿Por que?
—Estoy buscando a Cristy y Boom.
—¿Ya llegaron tan pronto? —parecía que toda confianza acababa de esfumarse, sin esperar a mi respuesta corrió pasillo dentro.
Si ese sujeto era su hermano, entonces me llevará con él.
Corrí aguardando distancia hasta verlo entrar sin tocar unos cuantas puertas más dentro que la de Ray.
—¡Jimin! —fue todo lo que escuche tras abrir un segundo antes de verla cerrar, coloque mi Palma abierta ejerciendo fuerza para evitar sentir un golpe con la cubierta.
Cristy salto de la silla donde estaba abrazando mis piernas.
—¿Quien eres tú? — una pequeña igual a la hermana del joven se paro frente a él con los brazos sobre el pecho.
—Es mi hermano—. Explicó su amiga. — viene a Busán cada més—; agregó emocionada — ¿Te quedaras para pintar verdad? — insistio alzando los ojos preguntandole ahora a su invitado, —¿Si puede verdad Boom?
Vío tan feliz a su compañera de colores que aceptó no muy convencida.
Cristy empujó de mis pantalones para conocer a todo los chicos iguales en edad que estaban con ellas.
—Él es naranja —dijo señalando un semblante asombrado en uno de los extreños añadidos para pintar.
—Soy HoSeok— se presentó inclinándose como todos, llevaba el cabello teñido de ¿naranja? una sudadera negra junto a un buso negro bastante abrigador.
Aun después de saludarlo se quedó mirándome curiosamente.
—Te me haces parecido mucho alguien — acercó su cara como si olfateara los poro de mi piel.
—Él de allá es Suga— lo alejo Cristy rápidamente para que vieron al siguiente integrante.
—Soy Min Yoongi— era justamente con quien hable hace unos segundo, llevaba gafas gruesas que contrastaban su piel blanca junto a ropa alcolchonada.
—Por último esta el señor Taehyung.
Un chico sentando enmedio de la camilla saludo sin intenciones de pararse, alce la mano haciendo lo mismo.
Un silencio incómodo se formó.
¿Todas las personas son así?
Comencé a orar para salir rapido de ahí.
—¡Cristy y Jimin es hora de irnos!
La voz de Ray fue la salvación.
—Un gusto conocerlos.
—Igualmente—. El único en contestar fue Yoongi.
Como un rayo atravesé la mesa que ocupaba todas las baldosas disponibles, Cristy parecía muy amañada hablando con ellos, Ray entró para sacarla.
—¿Por que no la trajiste? — exigió al verme afuera solo.
—No pienso entrar de nuevo — respondí tomando aire como si hubiera estado reteniendolo por mucho tiempo ensanchando las mejillas como ardillas con nueces.
—¿Como supiste que era aquí si no sabias? —la acuse de mentirosa.
—Llame a mi madre y ella me lo dijo.
—Ah.
—Boom nos vemos mañana —seguía despidiéndose la pequeña.
Luego fue Ray.
—¿HoSeok? — entró saludando a naranja.
—Ya decía yo que ese chico se me hacia muy parecido a tí.
—Es mi hermano mellizo.
Al parecer conocía a todos dentro de la habitación. Quede fuera de sus radares.
—¡Hola Tae, Yoongi! Hace tiempo sin verlos.
—Dame un abrazo —intervino Yoongi.
Genial.
10 universos después la carretera era una autopista de hielo, equilibraba mi cuerpo más aún sentía que pronto caería.
Mis hermanas unieron fuerzas para guiarme.
Tardamos mucho tiempo en el hospital, cuando recobre la señal tenía varias llamadas pérdidas de Jungkook.
Esta despedida fue menos desgarradora. Dolió. Pero no quedó un vacío indefinido justo en la boca del estómago.
Si bien hable con mi amigo no le conte nada.
Nunca lo hice.
Después de 4 años fue necesario.
Jungkook parecía triste, yo lo estaría si en mi lugar estuviera él, pero la mayoría de las retracciónes sociales son consteucciones albañiles de ello; parecen incompatibles y aun así con solo soplar debilmente lo derrumban. Existia un mundo fronterizo si tumbada esas barreras, quizas si pataleaba me lograría deshacer de las algas que sujetaban los tobillos de mi cuerpo hundiéndome más.
¿Por que permitirlo?
Me decía "Lucha"
Para luego pedirle perdón a un ser que no merecía solapar mi desicion cobarde.
Pareciendome que estaría mejor sin mí huí.
¿Que paso con Suga?
¿Como llegamos a la situación del centro comercial?
Es una larga historia.
Que bueno tenemos tiempo.
En una segunda oportunidad Visite el hospital, fuí directo y a la misma hora.
Esta vez Yoongi estaba esperandome.
—Que raro—. Expete para mis adentros.
No lo conocía de mucho tiempo, solo una vez hace un mes.
—Necesito pedirte un favor — habló en cuanto hube terminado de subir los escalones.
—¿Sobre que?
—¿Eres el hermano de Ray cierto? —respondió mi pregunta con otra.
—Si.
—Quiero darle algo para su cumpleaños más aún no se me ocurre nada.
—Oh ya entiendo.
Un poco avergonzado asintió.
—No hay problema, ¿Cuando es? —mi pregunta pareció tomarlo desprevenido.
—¿No lo sabes?
—No, hace poco que tenemos contacto de nuevo, por ende he olvidado esos detalles —explique superficialmente, no lo sabía porque no era el mismo día, se suponía así pero la señora Ginsberg- Park cambio su fecha. Nos parecíamos en Físionomia más éramos polos opuestos para quien lo sabía.
—Dentro de 3 días.
—¡¿Que?! Es muy pronto, me voy mañana.
Él cerro con fuerza los ojos.
—Bueno, entonces compremoslo Hoy.
Sin pedir permiso tomó mi mano derecha llevandome hacia el estacionamiento.
—¿Tan complicado se te dan los regalos? Puedes regalarle una pulsera o diadema. Hay muchos accesorios para mujer en la secciones de... Pues mujer.
—¿Quien dijo que ella tiene esos gustos? ¿Acaso por tener cabello largo debe usar diademas? Conozco a Ray hace un par de años, y desde entonces es una chica muy importante para mí... No quiero regalarle algo de mujer solo por que nació siéndolo. He aprendido de ella muchas cosas, mi regalo debe ser algo que ninguna etiqueta este sobre ella.
—Wow, buen argumento, se nota que fue de Ray — alabe colocándome el cinturón de Seguridad.
Como él lo dijo pasamos de las tiendas con moños y color rosado Chillón.
—Dime, niño...
—Soy Jimin —correguí su apresurado aire de dominio.
—¿Donde vives? —ignoro mis reprimendas.
—En Seúl.
—¿Y vienés todos los meses en especial para ver a tus hermanas? Que caritativo — comentaba viendo las vitrinas del local.
—Es lo mínimo que puedo hacer —respondía a sus preguntas cortadamente.
Si puedes ayudar a alguien lo haces, pero me sentía intimidado con ese joven, rondaba los 15 y mi hermana 14; aunque, por lo dicho estaba por tener la misma edad.
Dentro de una tienda ví una colección de AtrapaSueños.
—Eso podría gustarle— lo advertí en voz alta para lograr provocar su atención.
Entramos y una mujer con un turbante en la cabeza nos atendió.
De un par de persianas colgabas esferas de colores, el techo brillaba como si fuera el cielo lleno de estrellas.
—Bienvenidos.
—Hola, queremos ver ese diseño— señalo los hilos en forma de ojo que desfilaban como fuego sobre un cohete de perlas.
—El Chügt Imperial— exclamó al ver la figura.
—¿El que? —preguntamos al unísono haciendo gestos.
—Es un artefacto espiritual nacido en las provincias del glaciar Ártico, la leyenda dice que fue extraviado por una doncella esposa de un gran faraón egipcio, el cual era muy poderoso y buscado; escapo hacia los glaciales donde murió dando como suplica el nombre de su amado, un hombre de las tribus haya su cuerpo congelado, sl tratar de revivirlo un alma ascendio creando luz, de sus destellos salieron las auroras; aparte de retener los sueños, también invoca los pasares del amor trayendo gloria y prosperidad.
De reojo ví que mi compañero estaba en Shock.
—Si bueno... —carraspeo para aclarase la garganta — queremos ese—finalizó.
En una bolsa decorada con resplandor resposaba el Chügt Imperial.
—Ahora si—. Freno de golpe cerca a una silla pegada al suelo que había frente a la plaza de comida.
—¿Ahora que? —proferi bruscamente deseos de irme ya.
Yoongi ocupó una sección pidiéndome hacer lo mismo.
—Ya compramos el regalo, más aun así te veo apagado. Quiero ayudarte, por favor cuentame lo que sucede.
—Ni siquiera te conozco, ¿Crees así de fácil?
—No, pero se puede intentar — propuso sonriendo.
¿Y sí corro?










Comentarios